Esta casa emplazada en Lexington, Massachusets, está construida con más de 250 toneladas de acero y cemento procedentes de la construcción del Big Dig, un faraónico proyecto que transformó una vía de seis carriles elevados, en una autopista subterránea que descongestionó la arteria principal de Boston, hasta entonces sobrecargada de tráfico. Este fue uno de los proyectos de infraestructuras técnicamente más difíciles y largos de cuantos se han realizado en Estados Unidos.
Su primer propietario, un ingeniero civil que trabajó en la construcción del Big Dig, quiso realizar una vivienda única y para ello solicitó permiso para utilizar parte de la gran cantidad de residuos resultantes de la demolición de la autopista. Como resultado obtuvo un hogar totalmente diferente, y de alguna manera contribuyó a reciclar una gran cantidad de material cuyo destino directo era el vertedero.
Las grandes columnas y vigas que sujetaban la carretera se han convertido en los elementos que sujetan y forman la estructura sobre la que se erige la casa. En la fachada principal podemos ver como forman un corsé que estabiliza el esqueleto de la casa. Esta estructura de tirantes evita la utilización de muros de carga y permite obtener un espacio diáfano en el interior.
Para construir los techos se utilizaron grandes placas de hormigón y en alguna de ellas se pueden apreciar todavía algunas inscripciones de aquella época.
Para suavizar un poco el aspecto exterior, las paredes se han cubierto de madera, ofreciendo una imagen más integrada en la naturaleza. El interior presenta un aspecto deliberadamente industrial, algo frío debido a la utilización del acero y hormigón en su estado original, pero ese es el efecto que se quiere conseguir. La casa se distribuye en tres medias plantas que se intercalan aprovechando el gran volumen diáfano.
En la planta baja, comedor, salón y cocina comparten un mismo espacio convirtiendo esta casa unifamiliar en un enorme loft. La cocina cuenta con un gran isla que cumple con varias tareas. Por una parte separa con éxito cocina y salón, mientras que una barra de cristal invita a tomar un desayuno o a ofrecer una copa a las visitas.
También es un gran contenedor con espacio de almacenamiento, ya que cuenta con armarios en ambos lados, y es el lugar perfecto para emplazar los fogones, para no perder nada de vista mientras se cocina. Una potente campana extractora se hace imprescindible suspendida en lo alto.
Bajo los ventanales, que carecen de cortinas dejando ver la vegetación que rodea la casa, una zona de trabajo cuenta con un mueble compacto para el horno en un lado y un conjunto de armarios en el otro, en el cual se encuentra un gran frigorífico con frente de acero.
Salón y comedor se han decorado de manera austera, compensando la escasez de elementos con el color naranja de las sillas.
Unas escaleras nos llevan a la planta intermedia, en la que encontramos una sala de estar mucho más acogedora, en la que un mullido sofá rinconera gris disfruta del fuego frente a una original chimenea de hormigón. Detrás se ha aprovechado la pared para construir un escritorio suspendido y panelado. En la esquina, un gran ventanal de varios metros de alto inunda de luz natural el espacio.
Levantamos la vista y vemos un entramado de vigas y placas de cemento bajo el que se suspende el sistema de iluminación de la casa. Estas placas eran parte de la antigua calzada de la autopista y aún presentan el corte tosco que recibieron en el derribo de la carretera.
La escalera continúa hasta llevarnos a la planta superior, donde encontramos un despacho y el distribuidor que lleva a las habitaciones. La zona de trabajo domina las alturas, pudiendo ver desde arriba el salón de la planta intermedia. Un sencillo escritorio y unos estantes es todo lo que encontramos, todo ello sujeto en un sistema de barras y anclajes, que da la posibilidad de ir cambiando su aspecto e incluso añadir más elementos si fuera preciso.
La habitación principal disfruta de un techo más bajo que el resto de las estancias, y la decoración, al igual que el resto de la casa, es austera, resaltando como elemento de atención una enorme viga que traspasa la habitación sobre la cama.
En el exterior cabe destacar un pequeño jardín japonés que se ha emplazado en una de las terrazas, sobre el garaje. Este se beneficia de un sistema de riego que recoge el agua de lluvia, reciclándola para este fin.
Vía | Apartment Therapy
En Decoesfera | Casas poco convencionales
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