Hace pocos meses que nos dejó, dejando tras de sí una larga lista de colecciones de moda, un gran nombre y la aportación del smoking al vestuario femenino. A través de Embelezzia, he podido conocer y disfrutar con las imágenes de su entorno más íntimo: su casa de París.
Una casa en la que aún hoy se encierran los tesoros de toda una vida, pero que en pocas fechas será vaciada para subastar gran parte de sus enseres. Pierre Bergé, su socio y pareja durante gran parte de su vida, saca a subasta gran parte del contenido del duplex de Saint Laurent en el número 55 de la Rue Babylone y del apartamento de Bergé en la Rue Bonaparte. La subasta tendrá una duración de tres días y se desarrollará en cinco sesiones entre el 23 y el 25 de febrero, en el Grand Palais, en París.
La vivienda fue adquirida por Saint Laurent en 1969, tras una visita en la que cuentan que el modisto quedó prendado ante la visión del jardín a través de una ventana del salón, en un rapto de amor a primera vista. Tras una minuciosa restauración de dos años, fue ocupada y comenzó a vestirse con las diversas obras de arte, que poco a poco entraban para quedarse.

Juan Gris, Matisse, Mondrian, Warhol, Munch, Goya y muchas más firmas componen esta casa que más bien parece un museo, y en la que el modisto encontraba la inspiración a través del arte. Claro ejemplo es el vestido Mondrian diseñado en 1965.
En cuanto a la decoración, es el fruto de la combinación de piezas dispares y la acumulación de pinturas, esculturas y otros objetos, lo que da como resultado una casa un tanto agobiante aunque llena de valor. Los techos altos ayudan a liberar un poco la vista. El salón principal se presenta panelado en madera, detalle que le da un toque clásico muy adecuado a la categoría de las obras expuestas, como un Picasso del 1914 o una acuarela de Cézanne que llaman la atención desde lo alto.

El jardín que cautivó a Yves está situado en el patio interior. Pleno de vegetación, la zona más cercana a la casa está dotada de una zona de sombra, acondicionada por unos toldos rayados. Los sillones de forja se ven complementados por las curiosas sillas de jardín Bird, diseñadas por Claude y François Xavier Lalanne. En la frontera entre cesped y solado, vemos una piña gigante que observa impertérrita el paso del tiempo.

Yves Saint Laurent tenía una singular relación con los espejos, no podía vivir sin ellos y consideraba que una habitación que careciera de ellos estaba muerta. En la sala de música, la pared se viste con un conjunto de quince espejos diseñados por Claude Lalanne, que se apoyan en una pared panelada en madera oscura.
La escasez de luz, unida a la altura y profusión de los espejos devuelven un decorado fantasmal, casi una escenografía de terror. El propio Saint Laurent confesaba: -Algunas noches es un poco inquietante… En primer plano, el piano soporta una gran escultura de Giovanni Antonio Rimondi fechada en 1707.

En la biblioteca, sin embargo se respira un ambiente claro, relajado y ordenado. Grandes sofás blancos de lineas contemporáneas ocupan el centro de la habitación, mientras que los libros se apoderan de las paredes casi en su totalidad, ordenados en una gran boisserie.
En un extremo de la biblioteca, un mueble bar de metal diseñado por François Xavier Lalanne capta la atención convirtiendose en un objeto fetiche. Al fondo descubrimos una composición de Piet Mondrian sobre la chimenea y reposando sobre el suelo encontramos varios retratos de Moujik, el buldog francés de Saint Laurent, realizados por Andy Warhol. En realidad, Moujik era el nombre que llevaron todos los perros que tuvo el el modisto.
Sobre la mesa del teléfono encontramos enmarcado el boceto original del logotipo de Saint Laurent, creado en 1961 por el artista gráfico Cassandre, un artículo de gran valor sentimental que no entra en la subasta.

En un rincón del duplex reposa un sarcófago egipcio de la época ptolemaica entre dos sillones Louis XIII. En otro extremo del salón, junto a los ventanales, un cuadro de Goya, Retrato de Don Luis María de Cistué, se exhibe sobre un caballete. A los lados, unas butacas art-decó y un taburete de madera de Pierre Legrain.

En este detalle del salón, entre dos ventanales vemos como conviven en armonía dos obras de Edvard Munch y Henri Matisse.
La pregunta está en el aire: ¿Que lleva a alguien a desprenderse de los recuerdos de toda una vida? Bergé aduce que tuvo mucho tiempo para pensar durante la enfermedad de Saint Laurent, y llegó a la conclusión de que después de su muerte, conservar la coleccion no tenía sentido y prefirió repartirla entre coleccionistas y museos para permanecer en la memoria.
El cuadro de Goya irá al museo del Louvre, Bergé se quedará con el Warhol y el resto se repartirá en 800 lotes. Posiblemente mientras observamos estas imágenes el piso haya comenzado a vaciarse o lo hará en breves fechas, c’est la vie...
Imágenes vía | Vanity Fair
En Embelezzia | YSL: nos metemos en su casa
Más información | Christie's, Fondation Pierre Bergé Yves Saint Laurent
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2 comentarios
Maritrueca
Qué interesante!
Qué necesidad tan grande de llenarlo todo reinventando el vacío. Yo no tengo ni cuadros en las paredes, soy el caso completamente opuesto: me gustan la soledad y las paredes vacías o únicamente llenas de libros, pero alguna vacía ha de haber sino, me ahogo.
Es como si a Saint Laurent no le bastara la ternura del universo, ni la de su compañero ni la de millones de personas a lo largo de la historia y ancho del mundo. El vacío tenía que ser recreado, aumentado y sublimado con belleza. Más que barroco, de un manierismo insistente...
Y Bergé que vivió rodeado de un todo que se le acumulaba a su amor ahora decide vaciarse. Cuando pierdes al amor de tu vida pasas por la fase en que ni la señora de la limpieza puede sacar el polvo de las cosas del otro hasta querer tirarlo absolutamente todo. A veces las fases se alargan mientras el dolor persiste.
No me cuesta entender a Bergé. Y no me extrañaría que incluso quiera dejar ese piso a la larga. Al menos hasta que pueda volver.
La lástima es que el dolor de una pérdida tan importante para Bergé no le haya impulsado a donar cuadros a un hospital o para la campaña del Sida o para niños o una ONG, en fin... Lo único que podemos hacer con nuestro dolor o nuestras íntimas porquerías es elegir transformarlas en belleza. La belleza.. algunos la compran, otros la venden y menos aún la regalan.
Lástima que no sé nada al respecto de este hombre a parte de haber visto alguno de sus modelitos, haberlo visto en fotos con la Deneuve etc etc. ¿No mantuvo una fundación o algo similar?
Muy interesantes las fotos y ver este espacio donde el mismo espacio ha sido reinventado por un pequeño dios de este terrenal mundo.
Marta Miranda
Buenas reflexiones Maritrueca... la casa es como un almacén de arte, bastante agobiante para mi gusto. Tendremos noticias de la subasta, será todo un acontecimento.
Un saludo.