Una vieja casa en Stuttgart se renueva por dentro para dar respuesta a las necesidades de sus propietarios. Eliminar muros y conseguir un entorno calmado y familiar eran los grandes retos a los que se enfrentaba el estudio de interiorismo Alexander Fehre encargado de la transformación de la planta baja de esta vivienda destinada a uso social o de día, que cuenta con cocina, salón, comedor y sala con zona de juegos- en sus 120 m2.
"Villa L" -es el nombre de esta villa- data de principios del siglo XX. El gran reto en su nuevo diseño era transformar la planta baja en un espacio fluido por lo que solicitaron a Alexander Fehre que eliminara tantos muros como fuera posible. También le solicitaron una estética clara, limpia y directa. Y, dado que los clientes trabajan dentro del sector médico, completamente blanco. Pero para el equipo de interioristas, ese blanco debía combinarse con algo de color para asegurar la sensación de hogar.
La vivienda Antes
La casa Antes contaba muchas pequeñas habitaciones separadas. Al eliminarlas se creó automáticamente una generosa sensación espacial.
En las imagen anterior se aprecia con detalle el cambio y la eliminación de los muros. Muchos de los muros originales se han eliminado y la nueva distribución gira alrededor de un bloque central con forma de "L" que contiene los pilares y que recoge distintas funciones en cada una de sus caras.
Así, frente a la puerta principal te recibe una de sus caras en forma de armario y baldas de vidrio. Su parte trasera es una generosa cocina abierta de palilleria que cuenta frente a ella una generosa isla de cocina. Frente a las escaleras es otra librería.
Este bloque es por tanto, la clave que marca la nueva distribución recogiendo la mayor parte del almacenaje que necesita esta planta. Rodearlo y circular a su alrededor es fácil y natural gracias a sus curvas laterales que no tiene un efecto separador de los espacios.
Zonificación de la planta baja
El blanco (que demandaban los clientes) se ha dejado para las paredes pero el bloque en "L" cuenta con revestimiento de madera de roble con relieve de palillería que aporta calidez y dinamismo a la estructura. En los huecos y estantes de este bloque se ha añadido un azul turquesa intenso,un color elegante y fresco.
La nueva planta
La nueva planta oculta (dentro del bloque) los restos de paredes y los pilares por lo que las nuevas estancias fluyen entre sí para crear un gran espacio continuo.
Al entrar en la villa, te recibe el ambiente agradable y cálido de la madera de roble de los armarios y por el estantes de vidrio que funcionan como un pequeño espacio expositor.
A la derecha de la entrada, ésta se conecta con el comedor y con el salón que están separados por una ligera puerta de cristal y aluminio blanco.
La sala es también inusual en cuanto a su contenido porque no cuenta con sofá, ni lámparas de pie, ni siquiera televisión. Y es que los propietarios buscaban una casa para vivir de manera cómoda, acogedora y fácil con niños. Por eso, en la sala el sofá es de obra y una chimenea de leña preside el hogar (en lugar de una gran televisión). No hay muchos muebles y los que hay (butaca, pequeña mesa auxiliar, taburetes...) se pueden mover fácilmente por la estancia.
La chimenea circular se puede ver desde varios lados y los espacios de almacenamiento desaparecen detrás de los frentes lisos que completan el ambiente. En la sala también se amplió la ventana que ahora ocupa casi toda la pared.
En esta planta se cambió todo el suelo por una tarima de roble natural y se aprovechó este cambio para colocar suelo radiante. Esto hizo posible prescindir de radiadores que condicionara el amueblamiento e incluso las vistas.
El comedor transmite calma gracias a la serenidad de la madera que se repite en la mesa y las sillas y a la bonita composición de las lámparas de rejilla.
La cocina con una gran isla
La cocina repite acabados y colores y aprovecha al máximo la L del módulo central en el que tienen cabida los electrodomésticos ocultos tras los paneles de palilleria.
Frente al módulo una gran isla de piedra (tanto la encimera como sus frentes) se se convierte en un gran centro del trabajo.
La zona de juegos con la que soñarían todos los niños
Al otro lado de la entrada y aprovechando el hueco que deja la escalera de acceso a la planta superior, se ha diseñado un espacio de esparcimiento específico para los mas pequeños.
Un espacio que cuenta con un tobogan en el centro y con unos laterales con hornacinas para que los niños se sienten y circulen libremente. Unas escaleras/ gradas con moqueta rodean el tobogan y, en la pared lateral, los mas pequeños cuentan con una práctica librería en el que mantener a mano y recogidos los libros juguetes etc...
Imágenes de Philip Kottlorz y Proyecto de Studio Alexander Fehre
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