Las ciudades están cambiando a pasos agigantados. Las principales arterias comerciales de las ciudades se han poblado de franquicias que desplazan a los negocios de siempre. Y a nivel vivienda, muchos vecinos se están viendo expulsados por la proliferación de pisos de uso turístico, un negocio que es más rentable que el alquiler tradicional.
Los que se quedan, muchas veces tienen que enfrentarse a los problemas que causan algunos de estos pisos. Por regla general, estas molestias quedan limitadas al trasiego constante de huéspedes y maletas, o a horarios que no suelen coincidir con el de los vecinos que madrugan para ir a trabajar...
Pero en algunos casos, se producen casos de ruidos excesivos, o incluso de fiestas. Al margen de despedidas de soltero o fiestas de amigos que viajan juntos, no es la primera vez que alguien alquila un piso turístico en su ciudad para reunir a su círculo de amigos para celebrar fiestones.
Qué hacer ante una vivienda turística ruidosa
Ante el el caso de que en tu comunidad de vecinos haya un piso turístico ruidoso, hay varias cosas que puedas hacer. Lo primero, es exponer el caso ante el presidente de la comunidad y la asesoría que gestiona el inmueble. Una vez hecho esto, es importante saber si es una vivienda turística regulada, o si se pone el piso en alquiler de forma extraoficial.
En este sentido, hay que saber que la administración competente debe conceder una licencia que acredite que cumple con los requisitos marcados por la legislación. Además de formar parte del censo de viviendas de uso turístico, en muchas comunidades autónomas se exigen identificar esas viviendas con una placa situada en un sitio visible. Si el apartamento turístico es ilegal, hay que denunciar sí o sí ante las autoridades competentes para que el piso sea clausurado.
En caso de que el piso que genera ruidos es legal, el tema no es tan sencillo. En estos casos, el responsable del incumplimiento de la normativa acústica es el sujeto que provoca los ruidos en el apartamento turístico, por lo que los anfitriones y propietarios de las viviendas no son responsables. Aunque moralmente, deberían estar atentos para intentar evitar esos ruidos y no molestar al resto de los vecinos de la comunidad.
Para evitar estos problemas en muchos apartamentos turísticos se están instalando sensores de ruidos que tienen un efecto disuasorio, y cuando se sobrepasa el límite de decibelios establecido durante varios minutos, el sensor envía un mensaje al dueño o responsable del apartamento turístico para que pueda tomar cartas en el asunto.
En ocasiones, basta con que un abogado llame al propietario y le amenace con presentar una denuncia, para que este decida instalar un sensor de ruido para intentar controlar el problema.
Además, los propietarios de las viviendas turísticas deberían advertir en las condiciones para alquilar el apartamento, como establecer una política de horas de silencio, prohibir la celebración de fiestas o la presencia de personas no registradas durante la estancia.
En los casos en los que el propietario se desentienda, y hay música súper alta y gritos por la celebración de una fiesta, lo mejor sin duda es llamar a la policía local para que haga acto de presencia y poner la correspondiente denuncia por ruidos.
Fotografías | Taylor Heery para Unsplash, Filios Sazeides para Unsplash
En Decoesfera | Qué debo hacer si el perro de mi vecino no para de ladrar