En España el número de mascotas se ha disparado desde hace unos años. Dan compañía, cariño... hay que reconocer que no hay nada como llegar a casa y que te reciba alegremente tu mascota (especialmente, si tienes un perro).
Y más allá de los ladridos ocasionales que cualquier perro puede soltar ante la alegría de una visita, mientras juega o cuando llaman al timbre, hay ocasiones en los que el perro no para de ladrar de día o de noche. En estos casos, vivir al lado, encima o debajo de ese perro puede ser un auténtico calvario, provocando un conflicto entre vecinos que puede acabar en los tribunales.
De hecho, hace unas semanas, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana emitió una sentencia en la que daba la razón a un ciudadano que soportó durante años los ladridos del perro de su vecino. En este caso, lo llamativo es que la multa de 3.000 euros no tuvo que pagarla el dueño del perro; la multa recayó en el ayuntamiento de Antella porque según el tribunal no intervino en el conflicto.
Qué hacer si el perro de tu vecino no para de ladrar
De entrada, hay que señalar que en una comunidad de vecinos todos debemos poner algo de nuestro lado para que la convivencia sea correcta. Es normal que un perro ladre, que un niño llore, o que en ocasiones podamos molestar algo si organizamos una mesa. Esos ruidos son comunes, y hay que asumir que puede ser que en un momento dado nos fastidien una siesta; el problema es cuando esos ruidos son constantes e impiden el descanso. Ahí sí que podemos meter mano.
Para empezar, deberías buscar las ordenanzas municipales que hacen referencia a ruidos y horarios, para ver exactamente qué dicen al respecto. A continuación, y antes de ponernos a malas, lo más normal es que te dirijas al vecino propietario del perro. A veces, hablando y con empatía, se pueden solucionar las cosas. Puede incluso que el propietario no sepa que su perro ladra porque se pasa el día fuera de casa trabajando.
Si tu vecino es una persona normal, probablemente él también lo está pasando mal por las molestias que su mascota está ocasionando al resto de sus vecinos. Este paso es primordial para intentar alcanzar una solución entre ambos, sin olvidarnos de que los tribunales no nos darán la razón sin que antes hayamos hablado con el vecino que nos genera las molestias.
Pero si tu vecino se enroca y es que ni se pone colorado ante tus quejas, toca meterse en harina. El primer paso será comunicar el problema al presidente de la comunidad de vecinos, y a la asesoría que lleva la administración de la finca, para que sean conocedores de la situación. A continuación, deberías remitir un burofax al propietario del perro, con acuse de recibo, instando a que ponga fin a la situación si quiere evitar que tomes medidas legales.
Llegados a este punto, es el momento de presentar una denuncia ante el ayuntamiento o ante la policía local. Debes tener en cuenta que los consistorios tiene la competencia en materia de ruido, y que deben garantizar que las emisiones acústicas no se disparen. En caso de no dar respuesta, el ayuntamiento de turno puede ser condenado por pasividad.
Si el ayuntamiento no resuelve el problema, entonces no te quedará otra que acudir a la vía judicial. En casos en los que el perro ladra día y noche, se puede alegar que los ladridos vulneran el derecho fundamental a la integridad física, un derecho recogido en la Constitución española.
En el juicio, deberás aportar pruebas de las molestias, desde mediciones acústicas a testigos o pruebas de la propia policía, además de informes médicos, periciales, o cualquier tipo de documentación o prueba que ayude al juez a considerar que esos ladridos te están provocando una importante afección a tu salud, con problemas para dormir, o incluso casos de ansiedad o de depresión
Además de exigir que la situación de ruidos cese, como afectado tienes derecho a pedir una compensación económica si tu salud se ha visto afectada. También podrás pedir compensación si has tenido que reformar la casa para evitar esos ruidos. El problema de todo esto es que cada caso es un mundo, y cada tribunal, también. Meterte en este embrollo, por mucho que tengas razón, no significa que la sentencia del tribunal sea la que tú esperas.
Fotografía | Marcus Wallis para Unsplash, Erda estremera para Unsplash,
En Decoesfera | Este es el motivo por el que los perros ladran a algunas personas desconocidas (y no tiene nada de paranormal)
En Decoesfera | El truco de las garrafas de agua para evitar orines de perros y gatos: ¿mito o solución eficaz?