Da igual que tengamos aire acondicionado o que usemos ventilador. Cuando pasamos un buen un rato sentados en el sofá leyendo, viendo nuestra serie favorita o durmiendo la siesta, al cabo de un rato comenzamos a sudar y ya no nos parece tan cómodo como cuando nos refugiamos en él en invierno. Y es que hay muchas telas que dan más calor de lo habitual. Pero por suerte, tenemos soluciones para conseguir que el sofá en verano sea más fresco para que nos sintamos en él tan a gustito como lo estamos en invierno.
Las telas transpirables, claves para que el sofá sea más fresco

Lo primero que deberíamos hacer siempre es elegir un sofá con telas frescas como el lino o el algodón. La piel auténtica tampoco es una mala opción, ya que en verano aporta frescor y en invierno retiene el calor gracias al efecto termorregulador. Lo que hay que evitar a toda costa es la polipiel, ya que se pegará tu piel a la superficie y sudarás como nunca.
Pero cambiar de sofá no es una opción que se pueda hacer en el momento, quizás lo mejor es que cubras el sofá con una tela transpirable como el lino, o con plaids de algodón como este de La Redoute (16,19 euros).

O este plaid colcha nido de abeja de algodón en color teja de Maisons du Monde (17,09 euros) que ofrece la suavidad y la transpirabilidad del algodón a la hora de aportar sensación de frescura, mientras que el poliéster aporta resistencia a las arrugas y facilita el mantenimiento.

También puedes poner unas fundas de sofá, que además de refrescar, te ayudarán a dar un aire nuevo al salón. Si no quieres gastar mucho, en tiendas como Temu tienen fundas transpirables ideales para el verano por 14,54 euros.
Para completar, también puedes poner sobre el sofá unos cojines refrigerantes. Los hay de gel o de espuma. Este pack de dos fundas de almohada de enfriamiento japonesa cuesta 24,99 euros.
Rocía el sofá con agua fría
Inspirándose en el método egipcio que pulveriza en la cama antes de acostarse, también puedes utilizar espráis para rociar con agua fría. Además de la sensación de frescor, este sistema aportará algo humedad al ambiente.
Limpiar el sofá de forma frecuente
Tener la casa limpiar ayuda a que el ambiente sea menos pesado. Y el sofá no es una excepción. Por eso, hay que limpiarlo frecuentemente para acabar con el polvo, la suciedad y el sudor que se acumula en su superficie. También es importante lavar los cojines para refrescar esa sensación de limpieza y frescor.
El sofá, mejor lejos de posibles fuentes de calor
Para que el sofá esté lo más fresquito posible, es importante que lo alejes de ventanas y balcones. También deberías separarlo de las paredes que reciban la luz directa del sol, ya que estas actúan como auténticos radiadores. Y si el sofá está cerca del aire acondicionado o del ventilador, mejor que mejor.
Además, deberías colocar bajo el sofá alfombras de fibras naturales. Harán de aislantes, y al absorber parte del calor del suelo, te ayudarán a mantener el sofá más fresco.
Fotografía de portada | Kara Eads para Unsplash
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