Era una terraza fea y triste pero con esta reforma se ha convertido en un vergel en el corazón de París

Era una terraza fea y triste pero con esta reforma se ha convertido en un vergel en el corazón de París

Esta azotea se transformó en un alegre y colorido jardín desde el que se divisa la torre Eiffel

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Antes y después terraza

París está en plena carrera para revegetalizarse y levantar asfalto para afrontar las cada vez más frecuentes olas de calor. Esa revegetalización no solo se ve a pie de calle, también en las terrazas y en las azoteas.

Un buen ejemplo es esta terraza situada en una azotea de un edificio de cinco plantas del distrito 15 de la capital francesa. Necesitaba una actualización urgente; o al menos, una buena capa de barniz. Y de la mano del paisajista Hugues Peuvergne la terraza vivió una transformación que la convirtió en un vergel.

Cómo transformar una terraza triste en un auténtico vergel

La terraza estaba recubierta de un suelo que necesitaba una reparación urgente. Lo mismo que la mesa y las sillas. Y aunque extrañe, apenas había un poco de vegetación en unas tristes macetas.

Antes y después

El paisajista planteó una ambiciosa transformación para renovar por completo la azotea mediante la distribución de distintas islas de vegetales que se combinaron con zonas de relax con mobiliario de jardín.

Para empezar, y con el fin de que el espacio fuera más funcional, se construyó una pequeña caseta de jardín para alojar una cocina de verano con el fin de evitar los paseos entre el interior de la vivienda y la terraza. La caseta fue recubierta de enredaderas para disimular su presencia.

Pérgola

En la terraza se instaló un suelo de pino cultivado tratado térmicamente para evitar la deforestación de los bosques tropicales, y se puso también un banco, una ducha exterior para aliviar los calores del verano y una amplia pérgola con estructura de madera y recubierta de cañizo para cubrir la zona de comedor.

Terraza en París

La vegetación fue plantada en contenedores de madera para permitirles desarrollar raíces. Entre las especies plantadas, y para dar el toque mediterráneo que querían los propietarios de la azotea, Peuvergne plantó cipreses. además de múltiples arbustos y plantas con flor, como rosales,  valeriana o salvias.

Junto al mobiliario de madera, también se incluyó un set de muebles de hierro forjado en verde y fucsia para dar un toque de color.

Fotografías | Hugues Peuvergne

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