El buen tiempo llega poco a poco, remoloneando por estas fechas, sí, pero tarde o temprano el sol acaba apretando y comenzamos una nueva temporada de vida en el exterior. Tras poner a punto nuestra terraza o jardín, con los muebles en perfecto estado de revista, llega la hora de vestirlos con asientos y cojines, y la elección de estos merece unas cuantas consideraciones.
Según sean las condiciones de nuestros exteriores podremos optar por unos u otros colores e incluso ampliar o restringir la gama de textiles. El sol directo es un voraz devorador de tejidos y colores, por tanto tendremos en cuenta su incidencia a la hora de escoger los textiles apropiados.
En un espacio exterior que tenga una exposición intensa al sol mi consejo es claro y basado en la experiencia personal: blanco puro y tejidos naturales y resistentes. Los primeros textiles que tuve en mi terraza eran de tejidos delicados y distintos colores: verdes, amarillos y la amalgama multicolor de los cojines indios. El intenso sol que caía sobre ellos durante toda la tarde hizo su trabajo silencioso y traicionero, dejándolos ajados y rasgados al final de cada temporada.
Tardé varios veranos en enmendar mi error ya que no quería renunciar a la alegría de los colores, pero al final me plegué a la realidad, escogiendo finalmente una colección de cojines en algodón blanco de distintas formas y diseños. Para compensar la falta de color, me centré en recopilar modelos con bordados, espejitos, fruncidos y vainicas que ofrecieran un rico contraste de texturas. El sol es un buen aliado para el blanco, que se ve revitalizado tras una exposición prolongada.
De esta manera, año tras año no tengo más que desempolvar los cojines y asientos que guardo lavados y planchados durante todo el invierno. Estos permanecen en perfecto estado, sin perder ninguna de sus propiedades.
Si hablamos de una terraza techada o un porche en los que el sol apenas entra, podemos jugar un poco más con el color e incluso dejar paso a tejidos sintéticos, como el poliester, o naturales, como la seda, que aporten brillo a la estancia.
Refugiados en la sombra escogeremos tonos verdes o tabaco si deseamos ambientes relajantes, combinados con detalles en blanco o en una gama de colores degradada.
Si deseamos que la alegría del verano nos contagie por completo, recurriremos a los rosas, rojos, naranjas y amarillos que unidos al azul turquesa y verde pistacho convertirán el ambiente en un torbellino de color, más aún si estos colores se combinan entre sí en estampados florales o alegres rayas, un clásico que no falla nunca.
Otro clásico que podemos utilizar para evocar el fresco ambiente marinero, es la combinación de azul y blanco, más serio cuanto más oscuro sea el tono, pudiendo escoger entre coordinar distintas piezas lisas u optar por el tejido rayado, que nos traerá el recuerdo de las carpas playeras.
Resumiendo, no intentemos ir contra los elementos, ya que solo conseguiremos perder dinero año tras año. Escojamos nuestros textiles en función de las condiciones del lugar donde vayan a pasar el verano y tendremos un éxito seguro.
Imágenes vía | Polyvore, Zara Home, Ikea, El Ocho En Decoesfera | Cinco ideas para actualizar tu terraza