La lavanda es una planta muy popular porque es resistente, no necesita demasiados cuidados, soporta bien la sequía, y además, llena nuestros jardines de color, y también de aroma.
Además, la lavanda se puede reproducir con mucha facilidad y crece de forma rápida, por lo que es una planta ideal para dar alegría a nuestras zonas de exterior, o para utilizarla para crear perfumes, productos de higiene y belleza, o incluso para hacer infusiones.
Cómo reproducir la mediante el enraizamiento en agua
Para reproducir la lavanda de manera fácil y segura y aumentar su presencia en el jardín, una de las técnicas más utilizadas es mediante la técnica del enraizamiento con agua. Mediante este sistema la lavanda desarrollará raíces antes de ser trasplantada a la tierra.
Para empezar, siguiendo los pasos de la cuenta de Youtube Cosas del Jardín, deberás elegir ramas fuertes y sanas. Y aunque no tenga flores, da igual, saldrán más adelante. Deberás cortar los esquejes con un tamaño de unos 20 centímetros de largo, preferiblemente en primavera y otoño. Recuerda desinfectar las tijeras con las que realizarás los cortes.
Es importante que el esqueje tenga una parte leñosa de 5 cm. Una vez cortado, deberás limpiar bien las ramitas para dejar la parte inferior sin hojas para que la parte sumergida este limpia y no se pudran las hojas bajo el agua.
Una vez limpios, pon el esqueje en un vaso con agua. Al mes y medio saldrán las raíces. Es recomendable plantarlo en ese momento, en cuanto veas que salen las raíces.
Pásalo a una maceta con tierra y mantenlo húmedo y a la sombra, hasta que veas que empieza a brotar. En ese momento, puedes poner la maceta al sol. Para que te quede mucho más claro el proceso, aquí te dejamos el vídeo original.
Fotografías | Janine Joles en Unsplash
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