Me encantan las plantas y este es el mejor secreto para cuidar mi zamioculca o planta de la fortuna

Una opción increíble para quienes quieren tener una planta fácil de cuidar

Zamioculca
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A pesar de ser una planta de origen africano y acostumbrada a climas tropicales, lo cierto es que la zamioculca ha sabido adaptarse sin demasiados inconvenientes a nuestras latitudes y, desde hace unos años, se ha convertido ya en una de las plantas imprescindibles en cualquier hogar. Algo que no responde únicamente a su incalculable belleza, sino que también a su resistencia y estabilidad dentro y fuera de casa.

Los cuidados de la zamioculca o también conocida como 'planta de la fortuna' son tan sencillos que responden a quienes a penas tienen tiempo para cuidar de ellas durante el invierno o para los amantes inexpertos de la jardinería. Una planta de crecimiento lento y uno 70 centímetros de altura que llama la atención por su radiante color verde y su brillo singular. Pero ahora bien, ¿qué reglas hemos de seguir para cuidar su permanencia?

Cómo cuidar la zamioculca o planta de la fortuna

Zamioculca

Conocida popularmente como 'planta de la fortuna', esta especie está relacionada con la prosperidad y tenerla en casa será muy sencillo incluso para jóvenes jardineros menos experimentados. Y aunque es una planta que llama la atención por su esplendor, tiene un gran inconveniente: es venenosa. Por ello, hemos de tener especial cuidado en hogares con niños y mascotas.

A esta especie no le gustan los suelos anegados y puede soportar incluso largos periodos de sequía. Con respecto al riego, varía según sus estaciones, de este modo, en épocas de más calor lo ideal es regar tres veces por semana, mientras que en épocas más frías es conveniente no más de una vez, una gran virtud para quienes somos jardineros olvidadizos o pasamos poco tiempo en casa. Déjame mostrarte cinco cuidados de la zamioculca para conservar su belleza y durabilidad en su esplendor.

  • La luz. La zamioculca puede sobrevivir incluso en espacios interiores con escasa luz solar. Sin embargo, nada como estar en un salón bien luminoso para verla crecer con más brío y salud. Eso sí, nunca puede recibir sol directo.
  • Poco exigente con el suelo pero sí con el trasplante. La zamioculca no demanda un suelo específico. Aunque es habitual cultivarla en un sustrato universal, también se puede cultivar con un sustrato para plantas verdes. Pero lo que sí es fundamental es que tenga un buen drenaje para crear un sistema de raíces voluminosas.
  • Una temperatura cálida. Dados su orígenes africanos, es una planta que soporta las altas temperaturas y no tendremos que preocuparnos por ella durante el verano. Eso sí, no podemos decir lo mismo con el frío ya que es recomendable que no esté por debajo de los 15 grados centígrados.
  • El riego. Como decíamos, la zamioculca vive mejor sometida a la sequía que a un exceso de agua. Así que, si no queremos llevarnos un disgusto, los riegos deben ser moderados. Lo ideal es dejar secar el sustrato entre riego y riego y ojo con excedernos con el agua porque puede comprometer la salud de la zamioculca.
  • Los ataques de plagas. La única que puede aparecer, si la planta no está fuerte, es la cochinilla algodonosa. Un peligroso visitante que conviene atajar en el mismo momento que la detectemos, con un insecticida específico.

Imágenes |  Pexels

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