El romero es una planta aromática más conocidas. No solo por sus usos en la cocina, también por las propiedades que tiene a la hora de cuidarnos si la preparamos en infusión. Y además, es una planta que es decorativa, necesita poca agua (algo importante en estos momentos de sequía) y tiene un olor de lo más agradable.
Cuidar el romero es bastante fácil, incluso a la hora de regarlo, ya que es una planta que apenas hay que regar. No necesita un gran aporte de nutrientes, aunque de vez en cuando un fertilizante orgánico no le vendrá mal al sustrato. Lo que sí que hay que hacer es podarlo para controlar su crecimiento.
Cuándo podar el romero
Para disfrutar de esta planta aromática hay que realizar un mantenimiento periódico mediante la poda. Gracias a esta tarea, además de promover su crecimiento, promoveremos el crecimiento, ayudará a que la planta se quede calva en la base. También ayuda a mantener una forma compacta, y favorece la ventilación de las partes internas del romero.
A la hora de podar esta planta hay que elegir los momentos más adecuados del año. Y uno de ellos está a punto de llegar. Para obtener los mejores resultados, hay que podar el romero entre marzo y abril, con el fin de estimular el crecimiento estival. También puedes podarla en julio y agosto para favorecer la ramificación y eliminar las ramas más altas y frágiles.
Cómo podar el romero
Antes de comenzar con los consejos de poda, hay que advertir que no hay que eliminar jamás más de un tercio de la masa vegetal del romero para evitar debilitarlo en exceso.
Para empezar, deberás elegir una tijera de poda bien afilada, y previamente desinfectada para evitar posibles infecciones a la salud de la planta. A la hora de podar, comienza dejando eliminando las ramas muertas o dañadas que están en las partes más bajas de la planta.
Deberás cortar las ramas en ángulo, a 5 mm del borde o brote de una hoja. Una vez eliminadas las hojas muertas o enfermas, puedes empezar a acortar las sanas que sean demasiado largas.
No reduzcas la altura de la planta más de un tercio de una sola poda, y en caso de que lo necesitase, puedes hacerlo en varias veces, para dar tiempo a que el romero se recupere.
Una vez que has podado, deberás tener en cuenta que no hay que abusar del riego. El romero es una planta que no soporta el exceso de agua, por lo que si encharcas el sustrato, podrías provocar la pudrición de las raíces. También es importante que evites regar la parte aérea de la planta. Sobre la frecuencia de riego, todo dependerá de las condiciones climáticas de la zona en la que vivas, pero lo normal es regar cada diez días, cuando veas que el sustrato está seco.
Además, puedes utilizar humus de lombriz en primavera, o abono general en los meses cálidos.
Fotografías | M. Dean en Unsplash, Vincent Foret en Unsplash
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