Los geranios son los reyes de terrazas, balcones y alfeizares en nuestro país. Su espectacular floración y su resistencia al calor hacen que esta planta vista de color fachadas y calles de pueblos y ciudades de nuestro país, desde los valles del Pirineo Aragonés a los pueblos encalados del sur de España.
Parte de ese éxito se debe a que cuidar geranios es fácil si se siguen unos sencillos consejos, además de poner en marcha algún truco para que los geranios exploten en flores.
Pero al margen de estos temas relacionados con el cuidado y mantenimiento habituales de estas plantas, no todo el mundo tiene tan claro qué hay que hacer para reproducir geranios con el fin de que todas las zonas de exterior de tu casa estén repletas de color.
Cómo reproducir geranios por esquejes
Realmente, reproducir geranios por esquejes es más fácil de lo que parece. Con un poco de paciencia, podrás expandir los geranios por todas la ventanas, balcones y terrazas de tu casa.
Para empezar con el proceso para reproducir geranios por esquejes, deberás seleccionar los tallos más sanos y gruesos, cortándolos por encima de la segunda axila: justo por encima del punto en el que las hojas empiezan a brotar. Utiliza una tijera desinfectada y afilada para que el corte sea lo más limpio posible
Intenta elegir tallos que no tengan botones florales; ten en cuenta que la planta gasta mucha energía para producirlos. Y al cortarlos, haz como cuando cortas los tallos de un ramo de flores para que estas chupen mejor el agua: haz el corte con algo de inclinación para que su cicatrización sea más rápida.
A continuación deberás retirar las hojas y yemas de la mitad inferior del corte, recortando el extremo inferior del tallo justo debajo del mudo. Como mucho, deja dos o tres hojas. El truco para que tu geranio prospere es sumergir cada corte en una pequeña cantidad de hormona de enraizamiento para que las raíces crezcan con fuerza.
El siguiente paso será rellenar las macetas donde plantarás los geranios con una mezcla de sustrato para semilleros con arena. Coloca los esquejes en una maceta pequeña de plástico, 2 o tres como máximo en cada maceta. Y riega bien la planta, colocando la maceta en un lugar bien iluminado dentro de casa.
Cuando hayan trascurrido unas 6/8 semanas, el esqueje tendrá ya un sistema de raíces potente. Ese será el momento en el que podremos cambiar el esqueje a la maceta definitiva, de forma individual (salvo que sea una jardinera alargada) y con un sustrato normal.
Esquejes plantados en agua
Otra opción es usar el método de meter los esquejes en agua. Para empezar, deberás preparar un recipiente con agua que cubra al menos la mitad inferior de los esquejes cortados. Recuerda que las hojas deben quedar siempre fuera del agua.
Coloca el recipiente con agua en un sitio iluminado, pero sin sol directo. Cambia el agua cada 48 horas para que no se pudra ni se desarrollen enfermedades que pueda afectar al crecimiento del esqueje.
Cuando veas que los esquejes han desarrollado raíces, es el momento de plantarlos en la maceta, o en el jardín.
Fotografías | Miguel Ángel Escalera para Unsplash, Jacqueline o'Gara para Unsplash,
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