Los crisantemos son plantas bonitas, fáciles de cuidar, y que además, florecen también en los meses más fríos del año. Esta planta perenne de origen oriental (está representado en la bandera de Japón), tiene una amplia variedad de formas y colores, con flores que van desde las tradicionales margaritas a las tubulares, o incluso los pompones.
Cuidados del crisantemo
El crisantemo es una planta resistente y fácil de cuidar. Para empezar, hay que situarlos en un ambiente luminoso, aunque evitando que les dé la luz del sol directa, ya que podrían quemarse. Deberían tener o horas de luz solar, aunque si es directa, es mejor que les dé a primera hora de la mañana, o a última hora.
Es importante que estén en una habitación fresca y bien ventilada para evitar que se marchiten. Lo mejor es que estén entre 13ºC. y 18ºC. Y debes tener en cuenta que no llevan bien el calor y las altas temperaturas.
Respecto al riego, los crisantemos necesitan tener la tierra siempre húmeda, por lo que necesitan ser regados de forma frecuente, entre dos y tres veces a la semana. En este punto, aunque les guste la humedad, hay que tener cuidado y evitar encharcar el sustrato. Si te pasas con el agua, podrías pudrir sus raíces. Por eso hay que proporcionarles un buen drenaje.
Para potenciar la floración, es recomendable podar el crisantemo una vez que se hayan caído las flores. Deberás cortar las ramas dejando unos 4 cm. A continuación, riega de forma moderada. También es bueno abonar cada 15 días con un abono líquido
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