Cómo cuidar la artemisa, estragón o ajenjo, la planta perenne aromática que decora y es fácil de cuidar

Esta planta necesita humedad, y puede crecer tanto en el suelo del jardín como en maceta

Cómo cuidar la artemisa
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La artemisa, o ajenjo, es una planta aromática muy conocida por sus propiedades medicinales. Pero además, es una planta que también tiene un potente poder decorativo, y es muy fácil de cuidar.

Ese poder decorativo proviene de su follaje, con unas preciosas hojas en un verde tenue que se mezcla con tonos plateados, grisáceos y blancos. Hojas que tienen una textura suave, y que la hacen muy apreciada en el mundo de la jardinería en solitario, o combinada con otras plantas. Esta especie tiene pequeñas flores de color amarillo, blanco o rosado.

Cómo cuidar la artemisa

Esta planta aromática es de crecimiento rápido, y crece hasta en suelos pobres, e incluso arcillosos. Si la cultivas en suelo, puede llegar a superar el metro de altura con facilidad. Si la cultivas en maceta, crecerá algo menos.

La artemisa crece bien en lugares luminosos, por lo que debes situarla en lugares donde reciba al menos seis horas de sol directo. Si vives en una zona de mucho calor, deberías plantarla en zona de semisombra para evitar quitarle demasiada humedad. Puede crecer incluso en suelos pobres, o arcillosos.

Cómo cuidar la artemisa

En invierno soporta bien el frío, aunque si hay heladas, se secará. En verano, necesitará bastante humedad, aunque con riego y si tiene sombra en las horas centrales del día, crecerá sin problemas.

La humedad es un factor decisivo, ya que en estado natural, suele crecer junto a ríos o en zonas húmedas. Por eso, esta planta necesita riegos frecuentes, aunque evitando siempre los encharcamientos. Para evitarlos, deberás proporcionarle un buen drenaje, colocando la maceta sobre un lecho de guijarros sumergidos parcialmente en agua.

A la hora de fertilizar, y dado que esta planta suele utilizarse con fines medicinales, hay que abonarla siempre con fertilizantes orgánicos, evitando en todo momento los abonos químicos. El fertilizante hay que echarlo con la subida de las temperaturas, para que la planta crezca más y se desarrolle el follaje.

Fotografías | Uriel Mont en Pexels, Kristupas Kemeža para Pexels

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