Encontrar “tomates que sepan a tomate” parece una misión cada vez más difícil, algo muy demandado por los consumidores que, sin embargo, no encuentran con facilidad ni a precios competitivos. Esta fue la principal razón que motivó a Nacho Díaz y Javier Serrano, ambos al frente del Grupo Flashback, a abrir este año en Madrid dos restaurantes que llevan esta fruta por bandera: Toma Tomate y La Barra de Toma Tomate.
En ambos restaurantes, que llegarán a ser seis en los próximos dos años, el tomate es su producto principal y varía en función de la temporada, aunque no suelen faltar el cherry, pera, azul, rosa, rambo (de la Comunidad de Madrid) o pomodori; este último, tanto en fresco como deshidratado. A este producto estrella se suman el aguacate y la patata como ingredientes básicos con los que trabajan sus propuestas y una decoración muy trendy. 
La base de esta carta está inspirada en los sabores del mediterráneo, haciendo un recorrido por todos los rincones de nuestro país y trayendo lo mejor de cada casa. La oferta de Toma Tomate varía durante todo el día, adaptándose a las necesidades de sus clientes. Así, el recorrido gastronómico comienza desde los desayunos, continúa con una carta con opciones de picoteo y almuerzo, menús del día y cartas de cócteles, algunos de ellos de autor, para un horario de afterwork. En los fogones se encuentra José Ángel Díaz, un cocinero madrileño que trabaja por darle un giro más actual a los platos de siempre. Mientras, en sala, el sumiller Abel Buitrago es responsable de la coordinación del espacio. J  La decoración de Toma Tomate ha corrido a cargo de Dorotea Estudio, una empresa de interiorismo que en los últimos meses ha revolucionado la decoración de restaurantes en Madrid con apuestas modernas, rompedoras y muy atractivas. En Toma Tomate, la idea siempre fue trabajar en torno al tomate, la huerta y los espacios rústicos. Esto se refleja en una barra de piedra natural, muebles de madera, elementos con sogas de esparto, lámparas de latón o un gran espejo envejecido, emulando el paso del tiempo.
Los amplios ventanales y la propia ubicación en la esquina del edificio permiten la entrada de mucha luz natural durante todo el día, lo que añade calidez y un ambiente casero muy acogedor. El mobiliario también juega un papel importante, pues equilibra el clasicismo rústico con elementos más modernos, como los taburetes de Gubi tapizados con telas florales o un gran neón con el nombre del local a la entrada, que le aporta un punto más canalla.
El restaurante tiene una capacidad en el interior para unas 60 personas y otras 80 en la terraza exterior. El horario es de lunes a jueves, de 08h a 00h; viernes, de 08h a 01h; sábado, de 09h a 01h, y domingo, de 09h a 00h y el precio medio por comensal de unos 25 euros, aunque también tienen menú del día por 12,90 euros de lunes a viernes al mediodía.
Más información | Toma Tomate
En Decoesfera | Messié, el restaurante especializado en alimentación sin gluten, estrena interiorismo en Barcelona