Desde hace unos meses, Madrid cuenta con un trocito de Santander en pleno Barrio de Salamanca. Se trata del Restaurante La Maruca, un establecimiento que abre sus puertas en la calle Velézquez y en el que sus responsables, Paco Quirós y Carlos Crespo, han sabido darle todo el sabor de la costa cántabra, y en especial, de la playa de la que han tomado su nombre.
El espacio fue diseñado por el estudio de arquitectura Zooco. En el lugar que antes era un local oscuro y sin ventanas al exterior en un espacio agradable que no deja a nadie indiferente y en el que es posible tomarse un almuerzo, un aperitivo o acudir a una cena romántica.
Mezcla de maderas verticales, tonos blancos, mosaicos de teselas en la barra, lámparas de diseño industrial, juegos de luces, muebles con encanto para dar sabor y personalidad a cada uno de los espacios del local, obras de arte y fotografías que hacen referencia al origen cántabro del restaurante...
En La Maruca hay dos plantas. La de entrada, más funcional, sencilla y acogedora, que cuenta con una apetitosa y cuidada barra para tomarse unos pinchos en plan informan, y que integra una encantadora terraza que se puede aprovechar incluso en invierno al estar medio cubierta y tener suelo climatizado.
Y luego, una segunda planta, en la que puedes encontrar rincones tan encantadores como el que ves en la foto, con sofás y sillones situados frente a una moderna chimenea con troncos y libros a su alrededor, perfecto para tomar un desayuno rico o desconectar del estrés diario.
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