El edifico Grassy es una de las construcciones más emblemáticas de Madrid. Diseñado por el arquitecto Eladio Laredo a principios del siglo XX coincidiendo con el nacimiento de la Gran Vía, el edificio tomó nombre del relojero que se instaló allí con su mítica joyería, y seguro que en más de una ocasión te has parado a contemplarlo.
En este marco incomparable abre sus puertas Gran Vía 1, un atractivo y refrescante Concept Bar de aires neoyorkinos que reúne en sus más de 600 metros cuadrados cuatros conceptos hosteleros diferentes pero perfectamente conjungados entre sí.
Por un lado, encontramos el Restaurante Open Bar. Un agradable y funcional espacio de techos elevados diseñado al más puro estilo meatpacking neoyorkino en el que los interioristas han respetado las vigas que sustentan la estructura del edificio, combinándolas con mesas fabricadas en materiales reutilizados junto a vanguardistas lámparas de la firma Louis Poulsen.
El segundo de los espacios de Granvía uno es la Coctelería. Un espacio que cuenta con una impresionante barra retro-iluminada de mármol paquistaní perfecta para sentarse en unos esbeltos taburetes Dry Martini de Pedro Miralles mientras te contemplas el colorido de la colección de botellas premium expuestas frente a la barra.
Dejando la Coctelería, nos queda por descubrir el Restaurante La Trufa, un exquisito y sofisticado espacio que ha sabido conservar sin duda la arquitectura del edificio. Ladrillos originales en las paredes, lámparas de diseño y un elegante damero de mármol enmarcan las mesas y los sillones capitoné paras las comidas y cenas más formales, en un ambiente marcado por las luces indirectas y las velas.
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