Pocas piezas tienen una silueta tan reconocible como la de una botella de Coca-Cola de cristal. Más allá de su contenido, estas botellas se han convertido en iconos visuales que sobreviven al paso del tiempo. Su diseño curvo, simétrico y elegante tiene algo de atemporal y algo de nostálgico.
Colocadas en una estantería, usadas como floreros o simplemente expuestas en una vitrina, estas botellas funcionan como objetos decorativos con carácter. No necesitan intervención ni modificación para aportar interés visual: su forma basta para evocar otro tiempo y otra estética. Incluso vacías, siguen hablando del producto que las habitó.
Un retoque de lo más original
Pero más allá del diseño, las botellas de cristal de Coca-Cola activan un imaginario colectivo. Su presencia remite a bares antiguos, veranos en la playa o celebraciones familiares. Son objetos cargados de memoria que, al integrarse en la decoración del hogar, hacen convivir lo cotidiano con lo simbólico.
Una botella vacía, algo de creatividad y el resultado es inesperado. Este DIY viral convierte el reciclaje en diseño con identidad propia.
Materiales necesarios
- 1 botella pequeña de Coca-Cola de cristal
- Pintura acrílica (blanca, negra, dorada o la que prefieras)
Paso a paso
- Limpieza completa: retira la etiqueta de la botella con agua caliente y jabón. Limpia cualquier residuo de pegamento con alcohol. Asegúrate de que la superficie quede totalmente seca limpia.
- Rellena la botella de pintura: rellena la botella de pintura para que se coloree el interior, dejando la parte exterior sin pintura.
- Esparce la pintura: con movimientos envolventes, reparte la pintura por dentro de la botella hasta que cubra toda la pared.
- Vacía la pintura: Vierte la pintura para eliminarla y deja que toda la capa interior se seque, dándole una nueva vida a la botella, a juego con tu salón.
Resultado final y usos posibles
El resultado es un objeto decorativo inesperado, con una estética que mezcla lo industrial con lo manual. La silueta de la botella, combinada con el acabado artístico, crea una pieza que encaja en estanterías, escritorios o rincones de lectura con espíritu pop contemporáneo.
Puedes usarla como jarrón para flores secas, como portavelas largas o incluso como pisapapeles decorativo. También es una buena idea para personalizar regalos o dar una segunda vida a envases con carga simbólica emocional.
Esta reutilización de un envase tan icónico pone sobre la mesa que el reciclaje no solo reduce residuos: también puede ser una forma de expresión. Y que, con unos pocos materiales y algo de tiempo, cualquier objeto puede encontrar un nuevo lugar en la decoración cotidiana.
Fotos | Alleksana para Pexels, craftscm/Tik Tok
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