En la primera parte de la crónica de la visita a la Exposición en Vitra: 10 autores interpretan la silla Panton, pudimos disfrutar de cinco de las diez obras que la han conformado. Hoy vamos a ver las cinco restantes. Al igual que las anteriores, todas cuentan con un carácter propio, y en ellas se deja traslucir la obra de cada autor.
Reconocible es la silla de Agata Ruiz de la Prada, en la que los corazones, iconos habituales en sus creaciones, invaden la silla a través de un objeto cotidiano: una mullida y colorista funda.
Pero no se limita a sacar un patrón y cubrirla de tela, sino que son pequeños corazones de diferentes tamaños, los que unidos unos a otros cubren asiento y respaldo invitando a sentarse cómodamente. Esta es la interpretación más práctica entre todas, una idea que puede salir de este ámbito para inspirar, por ejemplo, las habitaciones infantiles.
En la imagen superior, vemos la funda en detalle. Los pequeños corazones se han realizado con una tela de colores alegres, y se ha unido unos a otros intercalando los distintos tamaños. Una propuesta alegre y práctica que da a esta elitista silla un aspecto más de andar por casa.
Los arquitectos Rubio y Alvarez Sala, visten de espejo la famosa silla Panton. Una propuesta muy acertada, ya que luce fabulosa. El respaldo se ha personalizado con una silueta recortada en troquel.
Quizá influenciada por la obra de los autores, esta silla, brillante como un espejo, me recuerda al reflejo del sol sobre las ventanas de los grandes rascacielos, como la Torre Sacyr Vallehermoso, obra de Rubio y Alvarez Sala.
Siguiendo con los arquitectos participantes en esta exposición, es el turno de Mansilla y Tuñón, que cuajan la silla Panton de espirales, ofreciendo un entretenimiento visual.
Guillermo Perez Villalta, pintor, arquitecto y escultor, crea una versión delicada con trazos en azul añil sobre fondo blanco. En el lienzo en el que en esta ocasión se convierte la silla Panton, pinta un paisaje que tiene algo de mágico, recreado en escenas casi iguales entre sí, pero con ligeros detalles que las diferencian.
Un puente, una ola, una torre sobre un acantilado, palmeras arqueadas por el viento... todo ello forma parte se sucesivos paisajes estilizados y rematados por formas redondeadas, que realzan la sinuosidad de la silla.
El arquitecto Pedro Feduchi, ha cubierto la silla Panton con una cálida, esponjosa y suntuosa ola de tejido azul de pies a cabeza. En la trasera, se ha mantenido el blanco original, en el que se ha escrito una frase en alemán:
Ornament und verbrechen
O lo que es lo mismo, Ornamento y delito, en un homenaje a Adolf Loos, de quien ya nos habló en su momento Minue desde estas páginas.
Hasta aquí las diez sillas que ha sido objeto de la exposición. Todas ellas ya reposan junto a sus nuevos dueños, diez particulares amantes del diseño y el arte que con sus pujas han contribuido a financiar en parte la Semana de la Arquitectura de Madrid 2009.
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