Cómo limpiar las almohadas: los mejores consejos para prolongar su vida útil con el máximo confort

Lo más sencillo para poder mantener limpio cualquier textil en el hogar es mancharlo lo menos posible y lavarlo con frecuencia. Manchar no siempre se puede evitar... En el caso de las almohadas, por ejemplo, la suciedad les llega principalmente de nuestro propio sudor y de la saliva y lavar tampoco es siempre posible. Una de las mejores soluciones pasa por proteger las almohadas con unas buenas fundas. En la foto sobre estas líneas vemos las fundas de almohada impermeables de Dreamzie, transpirables e hipoalergénicas, que cuestan 16,99 euros el juego de dos. Pero hay otra serie de consejos a tener en cuenta para mejorar la higiene de nuestras almohadas y hacer que duren el máximo tiempo posible en las mejores condiciones.

Ventilar

En la casa en general y en la ropa de cama en particular, incluyendo las almohadas, la ventilación forma parte fundamental de la higiene. La humedad y las altas temperaturas proporcionan el caldo de cultivo perfecto para que ácaros y bacterias proliferen en nuestra almohada casi sin que nos demos cuenta. No se trata de un método de limpieza propiamente dicho, pero sin embargo es algo indispensable para lograr que nuestras almohadas se mantengan limpias el máximo tiempo posible.

Ahuecar

Ahuecar o esponjar la almohada es otra de las rutinas que no deberíamos descuidar cada mañana, junto con la ventilación, a la hora de hacer la cama es conveniente sacudir la almohada para mantenerla bien mullida, pero también para eliminar el polvo que pueda haber cogido durante la noche. Una vez más aquí la funda protectora es clave, porque el filtrará el polvo que no llegará así a la almohada propiamente dicha. El protector de las almohadas de la foto sobre estas líneas, 100% algodón, cuesta en Amazon 12,90 euros en juego de dos.

Lavar

Y finalmente está lo que se hace con menos frecuencia que es el lavado. La funda podemos lavarla cada 15 días, pero las almohadas es suficiente que las lavemos un par de veces al año. Con todo, no todas las almohadas se pueden lavar, aunque hoy en día sí son lavables la mayoría, y no todas se pueden lavar de la misma manera. Es decir, conviene revisar las recomendaciones del fabricante al respecto, porque el método y la frecuencia de lavado varían dependiendo del material con el que esté fabricada la almohada.

Como regla general si las especificaciones lo permiten, lo ideal sería lavar la almohada a máquina, centrifugar un par de veces y después dejar secar la almohada al aire libre en posición horizontal. En el caso de las almohadas viscoelásticas y de látex el lavado en lavadora no suele estar aconsejado, por tanto en ese caso habrá que lavar a mano y retirar el exceso de agua, después de aclarar, absorbiéndolo con una toalla.

En cuanto a las terribles manchas amarillas que aparecen ocasionalmente en la almohada, podemos tratar de blanquearlas al Sol después de un lavado convencional y/o utilizar productos blanqueadores, hoy en día hay muchos en el mercado que siguiendo las instrucciones dan un buen resultado. Pero una vez más lo mejor es evitar que esas manchas se produzcan con una buena funda. En la imagen sobre estas líneas vemos la funda de almohada de Pikolin Home, de algodón de rizo impermeable y transpirable con tratamiento antiácaros y cremallera lateral por 8,71 euros.

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Nos ha inspirado

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• Un juego de dos fundas de almohada de 50x70 cm de Utopia Bedding por 9,99 euros.

• Una funda de almohada de algodón blanco para cama de 90 cm de Leroy Merlin por 8,99 euros.

• Un spray de lavanda para la almohada por 10,99 euros.

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