Con la llegada del verano, muchos propietarios se preparan para alquilar sus viviendas como pisos turísticos. Sin embargo, este 2025 entra en vigor una nueva normativa que cambia las reglas del juego. Desde el 1 de julio, los alojamientos deberán estar registrados para poder anunciarse en plataformas como Airbnb o Booking.
La medida busca regular el mercado y combatir el alquiler ilegal, especialmente en zonas donde la presión turística afecta al acceso a la vivienda. Quien no disponga del número de registro oficial no podrá publicitar su piso como alojamiento vacacional en ninguna plataforma digital, según recuerda la experta inmobiliaria Maryen Delgado.
Un registro estatal
Cada comunidad autónoma tiene su propio procedimiento, pero en todos los casos es obligatorio inscribir la vivienda en el registro de alojamientos turísticos. Esto implica presentar documentación como el certificado energético, declaración responsable y seguro de responsabilidad civil.
Además del registro, hay que tener en cuenta otras exigencias legales: declarar los ingresos a Hacienda, informar a la policía de los huéspedes (como si fuera un hotel), y en muchos casos, cumplir con normas de accesibilidad o seguridad básicas, como extintores o salidas de emergencia.
Lo básico para el huésped
Una vez en regla, el siguiente paso es preparar el espacio. El equipamiento básico incluye ropa de cama, utensilios de cocina, productos de limpieza y conexión wifi. No ofrecer lo esencial puede derivar en malas valoraciones o incluso cancelaciones.
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Un aspecto clave es la gestión de llaves. Si el propietario no vive cerca, lo más recomendable es instalar cerraduras electrónicas o contratar un servicio de check-in. También es útil dejar instrucciones claras en varios idiomas para evitar malentendidos.
Seguros y daños
El seguro debe cubrir tanto daños al mobiliario como accidentes de los huéspedes. Muchos seguros del hogar no contemplan el uso turístico, por lo que conviene revisarlo antes de recibir reservas. Algunos municipios también exigen que el alquiler no supere ciertos días al año.
Por último, hay que valorar si el esfuerzo compensa: limpieza tras cada estancia, gestión de reservas, disponibilidad constante. Aunque las ganancias pueden ser elevadas en temporada alta, también lo son las responsabilidades. Lo esencial es hacerlo con conocimiento y dentro de la legalidad.
Foto | Taras Makarenko
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