Aunque aún están los obreros pintando, y todavía queda abrillantar el precioso suelo y montar la cocina soñada, mi mente ya está elucubrando por delante, pensando en los detalles, y una de las cosas que más me gusta de la nueva casa es que al fin voy a tener sillas.
Habéis leído bien, donde vivo ahora no tengo sillas, solo taburetes en la barra que hacía las veces de encimera de cocina y mesa, algo que para un amante del diseño es poco menos que una tortura china. Así que ahora que voy a tener una mesa de comedor como mandan los cánones, ha llegado el momento de escoger las sillas de mis amores. Estoy dudando entre varias, que son las que os voy a mostrar ahora.
Las mesas
Antes de empezar, y para complicar un poco más las cosas, quiero enseñaros las dos mesas que tengo en mente. Las dos muy sencillas, pero con materiales muy diferentes, algo que sin duda hay que tener en cuenta a la hora de escoger las sillas.
Mi primera opción en cuanto a la mesa, es una de cristal completamente transparente, y con las patas metálicas tipo PIN, es decir, que no están en los extremos, sino en la parte inferior. La otra es un clásico de Ikea, la mesa MELLTORP, barata y elegante, lacada en blanco.
Tampoco conviene olvidar que bajo la mesa, habrá un suelo de mosaico gris, con dibujos en blanco y granate, y que en general la casa tiene un aire más vintage que moderno, con las ventanas y molduras de techo originales.
Silla DSW de Eames
Lo voy a decir alto y claro: la silla DSW de Charles y Ray Eames es mi favorita. La combinación de materiales —madera, acero negro y fibra de vidrio (o plástico)— es sencillamente magnífica, y su diseño, de lineas limpias, gráciles y proporcionadas, parece encajar en casi cualquier ambiente.
De las sillas entre las que dudo, es la que mejor combina con ambas mesas, pues comparte la misma gracilidad en el apoyo que la mesa de vidrio y sus colores acompañarían muy bien al blanco tenso de la mesa lacada.
El precio de un original ronda los 250 euros, mientras que una copia puede estar en torno a los 75 euros. Como se puede ver en la imagen que encabeza el artículo, también hay una versión con brazos, más cómoda, pero menos elegante.
Silla Panton
La silla Panton y yo tenemos una relación de amor y odio. A veces la aborrezco extremadamente, y otras siento una desmedida atracción hacia ella, especialmente cuando encuentro copias por menos de 50 euros la unidad.
No es especialmente cómoda, ni parece ir demasiado bien con ninguna de las dos mesas que tengo en mente, pero sí es una silla que encaja perfectamente en casas antiguas, creando un contraste entre sus sinuosas líneas modernas y el entorno más tradicional.
El original, diseñado por Verner Panton, está fabricado en fibra de vidrio, aunque la mayoría de las réplicas actuales son de plástico. Suele estar disponible en muchos colores, si bien el blanco es el único que realmente me atrae.
Silla Tulip de Eero Saarinen
Claramente, siento cierta debilidad por los diseñadores de estilo nórdico, como la silla Tulip de Eero Saarinen. Normalmente esta silla va siempre acompañada de la mesa redonda homónima, pero me gusta más cómo combina con mesas rectas, que es nuestro caso.
El diseño original está fabricado igualmente en fibra de vidrio blanca, con un cojín rojo. Hoy en día es fácil encontrarla en diferentes colores, así como con cojines en varios tonos y materiales. No es complicado encontrar réplicas de mediana calidad en torno a los 50 euros, claro que si se puede pagar el original, siempre es lo recomendable.
Silla Diamond de Bertoia
Otra silla que siempre me ha tentado, pero que cada vez que me he sentado me ha decepcionado, es la silla Diamonde de Bertoia, popularmente conocida como Wired, por la estructura de alambre que emplea.
Tiene la ventaja de que es muy ligera visualmente, y que su versión de silla de comedor combina bien tanto con la mesa de cristal como con una mesa lacada, aunque parece llevarse mejor con la blanca, por pura contraposición, tal como se puede ver en esta imagen con la mesa Tulip antes mencionada.
Como contrapartida, no es sencillo encontrar réplicas económicas de calidad, debido a que la estructura es en acero, por lo que su precio ronda siempre los 100 euros, y mucho más la versión original.
Así que aquí me encuentro dudando entre las sillas de mis amores, sin saber muy bien con cual quedarme. Ninguna es especialmente cómoda, y todas pueden formar parte de la decoración de mi casa sin estridencias. De momento, cuando cierro los ojos me viene a la mente esta imagen del piso barcelonés que reformaron Anna & Eugeni Bach, pero a veces mis gustos cambian como una veleta al viento.
Imágenes vía | Decora tu alma, Windmill Deco, The Shop Window’s Diary, Wespidemeuron, Gundry & Ducker, Design Sponge, Ideas to Steal, Nuria Naharro
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