Una editora experta en temas de decoración y colaborada habitual de Remode lista, llevó a la práctica los consejos decorativos que tantas veces describimos en este y otros medios en su propia cocina con motivo de su última mudanza a California.
Como suele pasar, eliges tu casa en función de tus necesidades (localización, tamaño y presupuesto) y generalmente para conseguir la casa más apropiada hay que renunciar a disfrutar de estancias recién reformadas.
Por eso tras la mudanza (Meredith Swinehart -la editora- y su pareja) se decidieron a transformar la cocina que era el espacio que más lo necesitaba, pero sin hacer reformas.
Así que está impresionante cambio ha sido posible gracias a varias capas de pintura, a un cambio de tiradores y a incluir algún detalle nuevo como las baldas nuevas entre los muebles altos que unifican y sirven de expositores de los útiles más bonitos.
La cocina Antes
El problema antes eran las puertas de madera en mal estado. También, que muchas de estas puertas tenían un acabado de cristal que se ensuciaba con facilidad y que dejaba ver el interior de los armarios generando un ruido innecesario.
La madera de los muebles también estaban estropeadas porque la madera es muy delicada en contacto con el agua y aquí, las salpicaduras de agua y aceite había dejado factura.
El salpicadero de azulejos gris carbón tenía tintes violetas gracias, en parte a una pésima iluminación, y los tiradores de los armarios eran "demasiado decorativos" (en mal sentido) y ahora se veían muy anticuados.
A pesar de todas estas "pegas", la cocina no era tan antigua. Sus armarios y acabados eran del 2002 y las quejas sobre su estado se limitaban a lo estético, no a la funcionalidad ni a la distribución.
Por eso, y porque siempre es más económico hacer cambios que reformar la cocina en la totalidad, Meredith y su novio optaron por cambiar su aspecto, interviniendo lo mínimo posible.
La cocina Después
Para ello se decantaron por la pintura que además del cambio que supone, implica la reparación o restauración de los muebles.
La "nueva cocina" cuenta con armarios recién pintados con puertas y tiradores nuevos, además de dos baldas centrales que unen los muebles altos; todo lo demás sigue igual.
Meredith y su novio decidieron conservar el salpicadero de azulejos de color gris carbón y las encimeras de granito negro para mantener los costes bajo control, lo que les inclino a elegir un color de pintura que absorbiera los tonos morados del salpicadero.
Para acertar con el color Meredith recurrió a la diseñadora de interiores y experta en colores de Seattle, Katie Hackworth. Según Katie, como las encimeras y el salpicadero eran negros ya había una apuesta fuerte por un estilo masculino y sobrio. Por eso les sugirió "pintar la pared y los armarios del mismo tono" en concreto los animó a elegir "un tono gris azulado con negro" porque para la interiorista, es una combinación clásica que nunca pasará de moda.
Con estas recomendaciones la pareja se decantó por un gris carbón con acabado satinado."Es tono gris carbón que se inclina hacia el verde o el marrón a medida que cambia la luz." Explica Meredith, y fue el complemento perfecto para el tono del salpicadero.
Para rematar y definir el estilo final, los nuevos estantes centrales muestran útiles de cocina bonitos, y la barra imantada de cuchillos brindan cierto interés visual.
El cambio ha sido todo un acierto, y ya están pensando en cómo mejorar la despensa.
Vía Remodelista
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