Esta cocina no hay por donde pillarla. Más allá de ser grande, luminosa y con gran potencialidad, la cocina es fea sin remedio. Da igual que mires el suelo, los armarios, el color... Dan ganas de salir corriendo. Por suerte, la experta en transformaciones de espacio Jenni Yolo no solo no salió corriendo, sino que se enfrentó a su fealdad y la transformó hasta conseguir una cocina de ensueño.
Nada más entrar, Jenni vio el potencial de esta cocina abierta. El estado de la cocina era tan malo, que hubo que empezar de cero. Como podéis ver, se ha cambiado por completo la estructura de la cocina, diciendo adiós a los armarios altos para dar más sensación de amplitud.
Sin duda, una de las cosas que más llaman la atención en la transformación de esta cocina son los azulejos. Dan vida a la cocina y le aportan mucha personalidad. Por un lado, la decoradora instaló en el salpicadero sobre la encimera azulejos blancos con formato cuadrado y un acabado que le da el punto artesanal.
Este azulejo le da luminosidad y un estilazo único gracias a ese brillo tan especial, con una mezcla de tonos blancos cremosos y una gran variedad de color con bordes y texturas desiguales. La elección del blanco le permitió jugar con el color sobre el protector contra salpicaduras y en la isla. Y en el punto en el que terminaban los azulejos y comenzaba la pintura, se instalaron un par de estantes de madera.
Para contrastar, en la isla de cocina utilizó unas baldosas en un encantador tono azulado, un color muy de tendencia en estos momentos. Tanto en el salpicadero como en la isla, Yolo utilizó un tinte para lechada gris, para tratar de rebajar el brillo de ambos elementos. Tanto en la zona de cocina (donde instaló un fregadero empotrado), como en la isla de cocina, la decoradora instaló una encimera de madera que tiñó y protegió con un barniz.
Respecto a los armarios de cocina, Yenni Yolo apostó por cambiar la distribución. Y si antes había armarios arriba y abajo, decidió suprimir los armarios de la parte superior y dejar solo los de la inferior. A la hora de cambiarlos, decidió instalar un plano moderno y sencillo, poniendo unas manijas de latón de inspiración industrial.
Para vestir las paredes se aplicó pintura a la cal en un tono rosa palo. En otra de las paredes, instaló ladrillos vistos en color crema, imitando los ladrillos típicos que hay en Milwaukee.
Para terminar de rematar, sobre los azulejos del frente de la cocina puso un par de barras de latón para colgar tazas y menaje de cocina, además de lámparas en color dorado y aire industrial.
Fotografías | Yenni Yolo
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