Viejuna, casposa y llena de grasa. Así podría definirse esta pequeña cocina con armarios en color madera que estaban llenos de grasa. De hecho, según su propietaria, Steffy, nunca había visto tanta grasa acumulada.
Sus planes iniciales eran vaciar la cocina, reubicarla, poner una isla de cocina... Pero finalmente, la propietaria de esta casa decidió intentar renovar la cocina ella misma pintando los muebles y haciendo algunos cambios, pese a que mucha gente le aconsejó que era imposible reutilizar esos armarios por el estado en el que se encontraban.
Así que dicho y hecho. Se puso a leer tutoriales sobre cómo pintar cocinas para hacerlo ella misma. Pero aún así, antes de comenzar a pintar tuvo otro trabajo: limpiar toda la grasa que se acumulaba en los armarios. La dueña anterior era una mujer mayor que veía demasiado bien, por lo que la suciedad estaba súper agarrada en la cocina. Durante ese proceso, también encontró trozos de papel pintado de los años 50.
Sin duda, el cambio principal es el pintado de los armarios, cambiando el color madera por el blanco. Un color que además de potenciar la luminosidad, permite integrar mejor electrodomésticos que ya existían, como el horno o el microondas.
En el transcurso de la transformación se cambiaron los viejunos azulejos del frente de la cocina, y también la encimera. En este caso, se optó por instalar una encimera de mármol.
En los armarios, se mantuvieron los herrajes y manijas en color negro originales para conservar algo del sabor de la vieja cocina. En otra de las paredes instaló estantes flotantes y un par de carros de cocina para aumentar la capacidad de almacenaje, además de un imán para colgar y tener los cuchillos siempre a mano. Para acabar, también puso una alfombra con la que dar un toque de calidez.
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