Nos encantan los antes y después que nos permiten ver cómo se transforman de forma casi mágica distintas estancias de nuestra casa. En muchas ocasiones, suelen ser proyectos sorprendentes, y muchas veces, inspiradores. Hoy, nos vamos hasta la ciudad francesa de Lyon para conocer una reforma realizada por el arquitecto Louis Pradel, el estudio Fiderias.
La cocina forma parte de un apartamento de los años 5o, y el diseño y la distribución no eran del agrado de su propietario. Así que desde Fiderias se pusieron manos a la obra para repensar y rediseñar esta estancia de 9 m² abriendo la cocina al resto de la casa y ampliando la inexistente superficie de trabajo.
Así se transformó esta cocina
La cocina no es que fuera acogedora en sí misma. Más bien, al contrario. La estancia no invitaba a estar, no era práctica ni funcional a la hora de cocinar, y tenía una pequeña barra con un taburete a la entrada, lo que dificultaba el tránsito.
Además, el blanco y el estilo de los muebles no pegaba ni cola con el suelo o con el color de la pared. Estéticamente, la cocina era un auténtico desastre. Para solucionar estos problemas y acabar con la sensación de caos y desorden, desde el estudio se apostó por cambiar la ubicación de la puerta de la cocina y centrarla en medio de la pared.
Para potenciar la luminosidad y conectar la cocina con el resto de la casa, se dedición instalar una doble puerta corredera, instalando una ventana fija adicional en la parte de derecha.
Para ampliar la sensación de amplitud, se decidió eliminar los armarios de la parte alta, y también eliminar los muebles del frente, donde se encuentra la ventana.
El estudio de interiorismo instaló en el lado derecho unos preciosos azulejos en verde, mientras que para los muebles se apostó por mobiliario de Ikea en color roble macizo, además de un fregadero de esta misma firma.
En lugar de la barra que había, junto a la ventana instalada dentro del conjunto de la puerta corredera se puso una encimera de 20 cm de profundidad con el fin de ganar superficie de trabajo y de almacenamiento.
La caldera con sus antiestéticos tubos estaba situada en la parte izquierda de la cocina, también fue ocultada. En este lado se instalaron muebles altos y bajos, además de una encimera. En la parte más cercana a la ventana se instalaron dos baldas en color madera para dar mayor sensación de amplitud y jugar con los volúmenes.
Fotografías | Fiderias.com
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