Cuando hablamos de pequeñas casas familiares en los suburbios o en pequeñas ciudades podemos rápidamente caer en los estereotipos fáciles al imaginarnos una arquitectura simplista, económica y sin mucha reflexión sobre cómo crear un entorno amigable para quienes vivirán en ella. Esto es sin tomar en cuenta la curiosidad y el ingenio creativo de algunas y algunos arquitectos que se han empeñado en buscar la mejor manera de ofrecer un espacio de vida funcional y agradable sin caer en un derroche de recursos.
Tal es el caso de este proyecto llevado por el despacho de arquitectura Arjen Reas Architecten en los Países Bajos quien ha creado esta casa de forma bastante sencilla que retoma una estructura clásica de arquitectura típica de la región. Cuatro paredes, un techo inclinado y ventanas que dejan pasar mucha luz.
Y es justamente este último punto el que nos interesa hoy y que hace de este proyecto un ejemplo inspirador que cambia radicalmente el estilo de vida de sus habitantes. Para mejorar el flujo de luz natural, aprovechando al mismo tiempo el uso de materiales de eficientes, los arquitectos han abierto grandes ventanales en la parte frontal y posterior de la casa. Resalta en particular una enorme ventana vertical que abarca dos niveles y que literalmente abre la casa hacia el exterior.
Colocando la entrada principal en la parte lateral de la casa, han podido aprovechar plenamente la superficie frontal para colocar grandes aperturas que le dan vida a toda la estructura. De ambos lados laterales de la estructuras encontramos igualmente entradas de luz natural mediante aperturas y ventanas de generoso tamaño.
En la parte posterior, encontramos una verdadera pared de vidrio que se abre paso hacia el jardín trasero de la casa. De esta manera se genera una sorprendente sensación de comunión con la naturaleza exterior sin que sus habitantes se encuentren demasiado expuestos. Una terraza de gran tamaño ofrece un espacio ideal para la temporada cálida así como una barrera entre la casa y el jardín.
En el piso superior, las áreas privadas, con dormitorios y baños, cuentan igualmente con grandes ventanales que permiten aumentar el flujo de luz y la sensación de espacio. La escalera que da acceso al primer piso se convierte, como en muchos casos, en una especie de columna vertebral sin estorbar la circulación de las personas.
El estilo decorativo interior es definitivamente moderno y muy funcional con tonalidades básicas de blancos, negros y madera en el piso. Esto le aporta un toque cálido que contrasta con la frialdad del exterior y sobriedad general de la casa.
Esta casa es una buena muestra de lo que se puede lograr en términos de mejoramiento habitacional con algunos cambios estratégicos que al final de cuentas no representan un gran desequilibrio estructural y financiero.
Imágenes | Arjen Reas Architecten
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