No os imagináis la ilusión que mi hizo cuando, durante un blogtrip por el valle de Loira, fuimos a ver Cheverny, el castillo en el que se inspiró Hergé para dibujar Moulinsart, la mansión del Capitan Haddock en Las Aventuras de Tintín. Tiene algo de magia visitar el lugar que tu imaginación siempre había recreado, pues tu mente no para de inundarte con imágenes y recuerdos de todo lo que sucedía entre esas paredes.
La mansión forma parte importante de la trama de El Secreto del Unicornio y El Tesoro de Red Rackham, que narran las aventuras de nuestro intrépido reportero mientras trata de resolver el misterio legado por un antepasado del capitán en los mástiles de tres réplicas de su barco, el Unicornio, así como la posterior búsqueda del tesoro. Curiosamente, son las dos historias que Steven Spielberg cuenta en su próxima película, Las Aventuras de Tintín.
A partir de estos episodios, la mansión pasa a ser propiedad del Capitán Haddock --compartiéndola con su buen amigo el profesor Tornasol--, siendo escenario principal de aventuras como Las Joyas de la Castafiore, donde un escalón roto de la escalera principal es el gran protagonista, o blanco de los experimentos del profesor, como ocurre en El Asunto Tornasol o El Oro Negro.
Tal como se puede apreciar en las imágenes, el parecido entre el Chateâu de Cheverny y Moulinsart es más que razonable, tan solo hace falta retirar --o añadir-- con la imaginación los dos cuerpos más grandes situados en cada extremo y nos encontraremos ante una réplica de la mansión.
Si os fijáis, hasta el camino que lleva a la casa es muy similar, así como la escalera. Incluso la moldura sobre la puerta, el pináculo y las chimeneas son increíblemente similares.
En la vida real, Cheverny ha pertenecido siempre a la familia de los Hurault --financieros y oficiales franceses-- desde hace más de seis siglos, salvo en un par de ocasiones. La primera, cuando la compró Diana de Poitiers en el siglo XVI para alojarse mientras supervisaba el acondicionamiento del gran castillo de Chaumont sur Loire. La segunda, cuando pasó por varias manos porque los herederos se desinteresaron de la mansión en el siglo XVIII, hasta que la recuperó Anne-Victor Hurault, Marqués de Vibraye, en 1825.
La fachada sur, la más famosa por ser la que aparece en los cómics, está a su vez inspirada en el Palacio de Luxemburgo de París, que se caracteriza por grandes pabellones con cúpulas, bustos romanos en hornacinas y el almohadillado típico de la arquitectura francesa de la época.
Actualmente la mansión está abierta al público gracias a los Marqueses de Vibraye, que compaginan con gusto que la casa donde viven sea también un museo que alberga casi intacta la suntuosa decoración de la época. En otro edificio de la propiedad, también se puede visitar una curiosa exposición donde se recrean alguna de la escenas que Tintín y sus amigos vivieron entre sus muros.
Cómo no, os he traído una pequeña galería sobre Cheverny, la mansión del Capitán Haddock en Tintín, donde podéis ver alguna de las estancias que visitamos. Lástima que no pudiera reconocer ninguna en la que se inspirara Hergé (si es que se inspiró en alguna), pero la escalera principal --de tramo recto cuando lo habitual en la época era la escalera doble ovalada-- sí que aparece en los historietas con no poco protagonismo.
Más información | Chateâu Cheverny En Decoesfera | Una réplica de la casa de Carl y Ellie en "Up"
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