Hoy estoy contento. He dado un paso más en mi camino para convertirme en un hombre del Renacimiento --que es la manera fina de decir hombre orquesta-- pues acabo de empezar a escribir también en Trendencias Hombre. Y que mejor manera de celebrarlo que compartiendo con vosotros la casa de Tom Ford en Londres.
No suelo prodigarme mucho con las casas de famosos; me suelen parecer bastante horteras --con algunas excepciones-- pero siendo Tom Ford diseñador de moda y director de cine, su casa tenía que estar, por lo menos, a la altura de su película A Single Man y la preciosa casa que aparece en ella.
La casa, situada en un barrio exclusivo de londres, tiene un corte clásico de líneas sencillas y proporciones claras, propio del estilo georgiano --en su vertiente más neoclásica-- predominante en el Reino Unido durante el siglo XVIII, ya que en las islas británicas no cuajó mucho el barroco.
Está pintada completamente de blanco, lo que la convierte en un volumen puro que atrae las miradas por su alto grado de abstracción --a pesar de las molduras-- y por lo extraño que resulta ver pintada de blanco un clásica mansión londinense.
Me gusta especialmente el contraste del blanco de los muros con el azul del cielo y el verde del césped y los árboles. Claro que lo normal en la ciudad británica es que llueva o esté nublado, con lo que el delicioso contraste desaparece, pero merece la pena esperar a que salga el cielo azul.
El interior de la vivienda es diametralmente opuesto al exterior. Salvo en algunas estancias, predominan los tonos oscuros y el uso de materiales de una forma poco habitual, como las planchas de acero que cubren las paredes y el techo de este salón.
Otra de las constantes a lo largo de la casa es la combinación entre muebles modernos de lineas puras y colores planos con otros estilo más clásico, con predominancia por las lineas barrocas, sinuosas y ligeramente recargadas, los estampados y los patrones geométricos.
Como he dicho antes, este gusto por los materiales oscuros se deja de lado en la cocina, en la que se combina el blanco con el acero, en la escalera --también blanca y muy ligera-- y en las zonas de distribución.
La verdad es estos resultan espacios mucho más luminosos y acogedores que las estancias decoradas con tonos oscuros, que aunque destilan la elegancia y estilo del diseñador, acaban provocando una sensación de opresión poco agradable.
En mi opinión, la casa hubiera ganado mucho si se hubiera seguido en toda ella una idea similar a la que guió la cocina o los distribuidores, pero entiendo también que Tom Ford ha querido dejar su impronta en la decoración, y hay que reconocer que lo ha conseguido.
Como siempre, os dejo una galería de imágenes en la que podéis recorrer casi todas las estancias de la casa, así como el jardín, sencillamente amueblado con unas sillas y mesas de color negro, que contrastan con el verde de la vegetación y el blanco de la casa. Tampoco perdáis detalle de los cuadros que tiene colgados Tom Ford en su casa de Londres, que ahora vende por la módica cifra de 55 millones de euros al cambio.
Vía | Fashionologie En Decoesfera | Casas de famosos: Bruce Willis