Situada en el casco antiguo de un pequeño pueblo, Canet del Mar, esta casa-estudio se sitúa en una parcela en la que antes había un aparcamiento. Uno de los criterios fundamentales que ha guiado su transformación ha sido la búsqueda del confort climático por lo que cuenta con cualidades de una casa pasiva.
La transformación en vivienda-estudio ha sido obra del estudio Valor Llimós-arquitectura. A pesar de la gran transformación interior, el estudio decidió mantener en su estado original los muros de mamposteria de la finca con lo que han conseguido que la fachada de la casa pase prácticamente despercibida y quede integrada en el paisaje urbano.
UNA FACHADA MUY DISCRETA
Nadie esperaría a la vista del exterior, que tras la fachada se oculta una edificación confortable y muy actual. Una de las cosas más llamativas de su interior es que el estudio de arquitectura llevo a cabo la perforación de las tres plantas de la casa atendiendo a criterios climáticos.
CONEXIÓN CON EL EXTERIOR
El clima meditérraneo costero es húmedo todo el año y está lleno de inviernos templados y veranos calurosos que ha condicionado la relación de la casa con el exterior. Las aperturas entre las tres plantas unifican la casa que se transforma en un único volumen de tres alturas.
LOS MATERIALES EN BRUTO
La elección de los materiales también se ha regido por criterios climáticos. Curiosamente los materiales más tradicionales como el hormigón y los ladrillos macizos han sido los que escogidos para la estructura debido a su inercia térmica. Esta inercia mitiga la diferencia térmica entre el interior y el exterior y está especialmente indicada al tratarse de un edificio que casi siempre está ocupado porque se vive y se trabaja en el.
En las carpinterías se ha usado un acabado de madera sin pintar, los suelos tiene un acabado continuo de mortero y para los revestimientos exteriores se ha usado corcho. Todo esto crea un efecto brutalista, en el que la naturaleza y aspereza de los materiales forman parte del diseño de la casa.
CORTINAS ENROLLABLES DE MADERA PARA PROTEGERSE DEL SOL Y CREAR ESPACIOS INDEPENDIENTES
Con una orientación Este-Oeste, el sol es otro actor importante de la casa. Para proteger la casa y mantener controlada su intensidad se han colocado una lamas verticales orientables o persianas enrollables tradicionales de madera de pino en todos los espacios susceptibles de captar radiación en verano.
Estas grandes persianas naturales generan espacios intermedios, por lo que además de controlar la luz sirven para proporcionar privacidad entre los espacios interiores y exteriores o los diferentes usos, al tiempo que permiten la captación solar en invierno.
Por último, para completar el comportamiento pasivo o la eficiencia energética de la casa, el sistema de climatización de la casa es suelo radiante alimentado por una máquina de aerotermia, que proporciona confort sin calentar el aire y con consumos energéticos extremadamente bajos. Recordamos que este sistema también permite la circulación de agua fría en verano, lo que combinado con la ventilación natural de la casa, proporciona la temperatura y un gran confort en verano.
Vía Valor-Llimós arquitectura y Fotografía Simon Garcia