Sara Hart vive a las afueras de Nueva York, en una casa de más de 100 años de antiguedad. Madre de cuatro hijos, se dedica a la ingrata labor de las amas de casa, por lo que lleva una vida como muchas otras personas, algo agitada. Sin embargo Sara llama la atención por su gran vocación personal, la cocina y el diseño, estudios que nunca llegó a realizar. Otra faceta es la obsesión por el orden, la decoración y el cambio constante de mobiliario, cosa que a muchos lectores les gusta bastante.
Cuando entras en la casa de Sara lo primero que piensas es en ¿Cómo hay tanto orden en una vivienda en la que conviven seis personas? No dudamos en pensar, tiene ayuda extra, pues va a ser que no. Ella se organiza sola, le encanta levantarse antes que los demás miembros de la familia, tomar café y organizar su nuevo día, sus platos creativos y su nueva decoración. No todo es invertir, aunque le encanta hacerlo en mobiliarios antiguos, también le satisface enormemente trasladar los muebles de un lado a otro de su hogar, me da la impresión que esto forma parte de la creatividad, no adquirida en su día.
Si hablamos de su cocina, según cuenta es el espacio de la casa más recogido habitualmente. Con mucha disciplina nocturna se encarga de dejarla totalmente limpia y decorada. Su proceso es igual para todos los espacios y cada día lo destina a hacer la ronda pertinente para mantener la gran vivienda como la veis. Además de aplicar algún plus decorativo como baldas de madera en las habitaciones infantiles, decorar con papel pintado los cabeceros de las camas o sustituir cojines y cestas de mimbre.
En el perfil creativo de Sara Hart en Instagram surgen grandes inspiraciones en las que observamos, que no todo es derruir una vivienda y adquirir mobiliarios de precios elevados. Si por algo se caracteriza su casa es, por cuidar el estilo folk compaginado con perfiles contemporáneos y otros más tradicionales. El resultado son las imágenes que vemos, en las cuales hay proyectos mobiliarios que pasado un tiempo vuelven a cambiar, hasta que su propietaria los fija como definitivos adaptados a su gusto y sus preferencias.
En el caso del salón, no lograba distribuir en un espacio rectangular el mobiliario y crear realmente, una cómoda zona de relax. Tras varios intentos el salón de Sara Hart quedó bastante recogido dejando un lugar designado a su apreciado árbol de Navidad, junto a la chimenea. Como ella misma comenta sus planificaciones Navideñas comienzas en julio.
Actual distribución
La colocación del piano y de la televisión era un tanto incómoda al tener una pared completa de ventanales. El resultado del antes y el después en casa de Sara es latente. Por ello os mostramos estos cambios y perspectivas decorativas. Las estancias llenas de luz natural tienen aires ligeros, llenos de tonalidades coherentes y espacios funcionales. Es posible, que en un tiempo se haga realidad su ilusión por mudarse a Nueva York, de momento nos alegramos que continúe viviendo en esta centenaria casa llena de encanto.
Fotos | Homeiswheretheartisblog