Seguro que más de uno de vosotros se ha encontrado con que tenía un mueble viejo, deteriorado, que ya no tenía solución pero con unos cajones en buen estado de uso. Como no todos vosotros (yo me incluyo) estáis dotados para la carpintería, a buen seguro que os habéis planteado tirar el mueble entero.
Pues muy mal hecho, porque los cajones, bien acondicionados, todavía tienen algo de vida útil sin necesidad de que empuñéis una sierra y unos clavos. Hoy quiero explicaros fácilmente cómo convertir unos simples cajones en la bonita estantería que veis sobre estas líneas.
Lo primero que tenéis que hacer es lijar los cajones y quitarles los restos de barniz o pintura que tuvieran anteriormente. A continuación, usad una aspiradora o un cepillo para quitar los restos de virutas que puedan quedar. Dad una capa de tapaporos para madera, con el fin de que se quede más fija la capa de pintura posterior. Pintad los lados exteriores de un color y los lados interiores de otro. Si vais a elegir la misma gama, mi consejo es que el lado de dentro sea más oscuro que el de fuera, para lograr que parezca más profundo. Esperar a que se seque.
Usando la técnica del decoupage, forrad el fondo de los cajones con un papel que os guste. Aquí vale papel de regalo, papel de periódico, cómics… la frontera es vuestra imaginación. La verdad es que puede quedar muy chulo si encontráis el fondo adecuado.
Una vez se haya secado todo, apilad los cajones de acuerdo con el modelo que más os convenga y fijad los cajones a la pared, no sea que al colocar las cosas se os vengan encima. Esta estantería tiene la ventaja de que no es muy difícil de modificar en caso de que queráis cambiarla de configuración, sobre todo si habéis usado cajones de distinta medida.
Imágenes vía | Apartment Therapy
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