Me apuesto un millón de dólares (qué buen día para apostar en dólares, hoy que el euro ha bajado) a que más del 80% de los lectores de Decoesfera han usado alguna vez en su vida una de estas llaves llamadas Allen. Tal vez no estaban en la caja de herramientas de vuestros abuelos, pero lo cierto es que en pleno siglo XXI, hay poca gente que entienda el montaje de muebles sin la ayuda de estos pequeños trozos de metal.
Vamos a darle su merecido homenaje. La llave Allen (también llamada Parker) es una herramienta que sirve para atornillar y desatornillar tornillos que tienen cabeza hexagonal interior y que, a diferencia de los tornillos Philips (los que tienen forma de +), resisten más vueltas de tuerca, lo que los hace ideales para montar muebles de manera resistente y segura. Esta clase de tornillos, además, presentan la ventaja de venir protegidos debido a que la rosca es interior, lo que hace más difícil que se desatornillen por error.
Tienen forma de Z o de S, según se mire, y dos cabezales con hexágonos de distinta medida para garantizar más superficie en contacto entre la llave y el tornillo (cosa que no sucede con los tornillos tradicionales). Esta llave es sencilla y pequeña, a la par que ligera, lo que la hace ideal para incluirla en los kits de montaje sin elevar excesivamente el coste
En principio este tipo de llaves fue fabricada por la Allen Manufacturing Company en Hartford, Connecticut en 1943 y ese es el nombre que nos ha llegado a nuestro país, aunque en otros sitios como en Alemania o Rusia esta misma herramienta se llama Inbus (Innensechskantschraube Bauer und Schaurte) o en Italia se llama brugola (como el inventor que la patentó en 1926).
Cuando uséis una llave Allen, recordad que los tornillos tienen que ajustarse y jamás uséis una que sea demasiado grande para el tornillo si no queréis que este gane holgura y quede inservible.
Vía | Wikipedia Imagen vía | Ikea Hacker