Lo que más me ha gustado de esta serie de objetos cotidianos pintados de blanco, es que está sujeta a muchas interpretaciones, y además es un ejercicio estético del que podemos sacar muchas conclusiones a la hora de aplicar el blanco en la decoración.
Andrew Miller, el autor, tituló la serie Brand Spirit, así que intuyo que su intención era pintar de blanco objetos con marcas reconocibles, para ver si se siguen reconociendo y cómo cambia nuestra forma de ver el objeto si le eliminamos toda referencia material --color y textura-- y la sustituimos por un esmalte blanco.
En lo referente a su pequeño experimento, me fascina como nuestra memoria es capaz de ver a través del blanco, no solo reconociendo el objeto, sino reconstruyéndolo a todo color y con ricos detalles. Incluso me atrevería a decir que os cuesta mirar algunos objetos y tratar de verlos del blanco inmaculado en el que se nos muestran.
Por lo que respecta a la decoración, lo más importante es en que os fijéis en cómo cambia la percepción del volumen. En las superficies blancas, las sombras se proyectan con más claridad, por lo que a nuestros ojos les es más fácil interpretar a qué distancia están unos objetos de otros, o cuanto sobre sale una arista.
En definitiva, el blanco ayuda a que se entienda mejor el volumen, lo potencia. Fijaos en como en todos los objetos se marcan mucho más las aristas, y resaltan muchos detalles que nos habían pasado desapercibidos hasta ahora.
Esto es algo que debemos tener en cuenta a la hora de decorar. Si queremos destacar el volumen de un objeto, o el juego de formas de diferentes objetos, el blanco será nuestro aliado. Sin embargo, si nuestra intención en confundir al ojo, o regularizar una superficie para que el ojo la interprete como un plano aunque no lo sea, deberemos elegir tonos más oscuros.
Vía | Fubiz Más información | Brand Spirit En Decoesfera | Patrones catedralicios por David Stephenson
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