Murcia está de estreno, con la inauguración de Odiseo, el edificio que se va a convertir en el nuevo icono de la ciudad tras invertirse 30 millones de euros. Ubicado en un área de acceso al centro urbano de Murcia, este edificio proyectado por el arquitecto Manuel Clavel va a destacar desde su apertura por muchas cosas.
Entre ellas, porque este edificio va a tener la piscina voladiza más grande de Europa, porque va a tener un bosque elevado hasta los 30 metros de altura, o porque es un edificio bioclimático que está pensado para adaptarse al clima de una de las ciudades con más horas de sol del Viejo Continente.
Para adaptarse al clima de este rincón del sureste español y ser más sostenible, la estructura del edificio se inspira en los sistemas tradicionales de los patios del siglo X en los que se aprovechan las corrientes de aire. Basándose en este sistema, el edificio está rodeado de una celosía de tubos que, junto a la vegetación y las laminas de agua, consiguen aclimatar los espacios y controlar las altas temperaturas que se alcanzan en Murcia. El aire que pasa entre los tubos que rodean la fachada aumenta su velocidad y contribuye a moderar la temperatura.
La piscina en voladizo (ya ha sido probada en primicia por el propio arquitecto tal y como hemos podido ver en su cuenta de Instagram), tiene 42 metros de longitud, de los que 20 de ellos están en voladizo por cada lado de la envolvente del edificio. Y como dato, es la piscina en voladizo más grande de Europa, y la segunda del mundo (sólo es superada por la piscina del Marina Bay Sands, en Singapur). Como curiosidad o como elemento arquitectónico especial, la piscina cuenta con un círculo transparente en el suelo, no apto para todos aquellos que tenga pánico de las alturas.
Odiseo, en cuyo diseño ha colaborado Eduardo del Fraile, está inspirado en los complejos de Las Vegas, y en sus 12.000 metros cuadrados se han incluido bares, discoteca, casino, teatro, salas de exposiciones, salas de reuniones, restaurantes (el 80% de la oferta y el espacio está dedicada a la gastronomía), además de los jardines que se fusionan con el edificio para convertir Odiseo en un oasis urbano en una zona bastante inhóspita, ya que el edificio se levanta en la periferia de la ciudad frente a vías de trenes de alta velocidad, tranvías, y de un sinfín de tótems publicitarios con los que la construcción debe competir.
De ahí que el propio edificio se haya convertido en un gigantesco tótem lleno de luz que alberga aire y vegetación. Además, la construcción ha contado con gran parte de los trabajadores y el talento local, con un espíritu de responsabilidad económica con una ciudad que fue muy castigada por la anterior crisis.
Fotografías | Manuel Clavel Arquitectos
