Mi planta del dinero estaba pocha: así conseguí que esta planta perenne estuviera más espectacular que nunca

La planta del dinero es resistente, aunque necesita de una serie de cuidados para que crezca saludable

Planta del dinero
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La planta del dinero, conocida también como Plectranthus o Plectranthus verticillatus,  está muy presente en muchos hogares gracias a su poder decorativo por tallos colgantes y por sus hojas redondas de verde intenso, pero también gracias a ese halo de magia que la rodea en muchas culturas, ya que su presencia se asocia a la buena suerte, creyendo que atrae energías positivas.

De hecho, se recomienda colocarla a en la esquina sureste de la casa o en área de trabajo si se quiere amplificar sus efectos positivos. 

Si a eso le sumamos que es una planta muy fácil de cuidar y que se adapta bien a vivir en interior, tenemos el cóctel perfecto para que esta planta perenne esté tan extendida. Aunque podemos verla en muchas casas españolas, lo cierto es que la planta del dinero es originaria de Madagascar y de algunas regiones africanas.

Existen diversas variedades, como la Plectranthus verticillatus, la Plectranthus coleoides, Plectranthus argentatus, Plectranthus forsteri o  Plectranthus fructicosus.

Cómo cuidar la planta del dinero para que esté más espectacular que nunca

Aunque la planta del dinero no necesita de grandes cuidados, sí que necesita que sigamos algunos consejos para que no se poche y crezca esplendorosa. Normalmente, cuando la planta del dinero se ve en mal estado, es porque tiene poca luz, tiene sol directo, se le riega de forma inadecuada, tiene problemas con el sustrato, o sufre de alguna enfermedad o plaga.

Para empezar, uno de los errores que más solemos cometer es exponerla a la luz directa del sol intenso. Y eso, es un error. Hay que buscarle un lugar en casa que tenga luz filtrada, evitando el sol directo, y alejada de las corrientes de aire.

 

Tampoco hay que pasarse con el agua: es importante aportarle riego regular, pero nunca en exceso. De hecho, los encharcamientos pueden ser mortales para esta especie. A la hora de regar, hay que hacerlo cuando veas que la capa superior del sustrato está seca. Lo más normal es hacerlo cada dos o tres semanas en verano, y una vez cada siete días en invierno.

Al ser una planta de interior, debes mantenerla a una temperatura de entre 16ºC y 24ºC, aunque puedes tenerla en exterior si el clima es cálido y húmedo. En este punto, es muy importante protegerla de las altas temperaturas, ya que las plantas tienden a deshidratarse. En esos momentos, el riego debe ser más frecuente. Hay expertos que señalan que cuando hay altas temperaturas, hay que regar la planta por inmersión, para que pueda tomar el agua que necesite.

También hay que fertilizarlo una vez al mes en primavera y verano, mientras que no es necesaria podarla, aunque esta tarea se puede hacer si se quiere dar una toma determinada. La fertilización es urgente si ves que las hojas de la planta comienzan a ponerse amarillas, ya que eso significa que tienen carencia de nitrógeno.

Y si necesitas trasplantarla a otra maceta porque ha crecido demasiado y las raíces ya no tienen espacio, puedes elegir un sustrato de turba o que tenga una base orgánica. 

Fotografía | Alejandro Piñero Amerio en Pixabay

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