Tel Aviv es la cara moderna de Israel. Y allí, en esta vibrante ciudad, se levanta ToHa, un edificio de 29 plantas que cuenta con un singular volumen facetado inspirado en la geometría de un iceberg.
El edificio, situado en el centro de Tel Aviv está situado en la intersección de dos calles comerciales, y ha sido diseñado por Ron Arad junto al equipo local de Avner Yashar para acoger oficinas, un jardín público, un mirador y un restaurante.
En lo que respecta al aspecto arquitectónico y decorativo, una de las principales características del proyecto ha sido reducir la superficie construida a nivel de calle para crear un gran parque que aporte calidad cívica al entorno.
Teniendo en cuenta esta premisa, el edificio emerge, por tanto, sobre dos grandes patas que se van ensanchando progresivamente conforme la estructura gana en altura, delimitando así un volumen de perfil contorsionado.
En la fachada, al igual que en el pavimentos, los ascensores, los techos y las divisiones interiores hay instalados más de 28.000 m2 de Dekton de Consentino, con piezas que por cierto, han sido fabricadas y cortadas en la sede de Cosentino en Almería, antes de ser transportadas por barco hasta Israel.
Desde el punto de vista funcional, el edificio invierte la organización de los bloques de oficinas convencionales, al situar en las primeras plantas las instalaciones con el objetivo de liberar la cubierta.
De esta manera, las oficinas se sitúan a partir de la planta 7 para optimizar la entrada de luz natural y las vistas, mientras que los últimos pisos del complejo pueden dedicarse a usos recreativos.
En el interior del edificio destaca un gran atrio de 30 metros de altura que funciona como vestíbulo y lugar de encuentro. Las oficinas se abren tanto al exterior, a través de la fachada acristalada, como al patio central iluminado por un tragaluz.
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