España es un país en el que se vive en la calle. La cultura, las tapas, el buen tiempo... tenemos una combinación de factores que nos hacen pasar buena parte del día fuera del hogar. Primero, por nuestras largas jornadas laborales. Luego, porque nos gusta disfrutar del ocio y del buen tiempo.
Pero ahora, hay una nueva moda entre los más modernos que nos invita a quedarnos en casa durante el fin de semana para desconectar del mundo y recuperarnos del estrés que vivimos de lunes a viernes: Sí, estamos hablando del nesting.
Esta moda, que realmente, yo creo que comenzó con la crisis económica y con la disminución en el presupuesto para salir a comer o a cenar, se basa fundamentalmente en disfrutar del hogar, cocinando algún postre, leyendo, viendo tus series favoritas, cuidando las plantas o preparando una cena para los amigos. Todo ello, sin salir de casa, evidentemente.
Sus detractores dicen que es una fórmula para 'disfrazar' que no tenemos pasta para salir, autoconvencernos de que somos felices, y de paso, vender más productos de decoración para que estemos en casa bien a gustito.
Por mi parte, yo creo que cada vez lo practico más, y sin saber hasta hace poco cómo se llamaba. Realmente, no es nada nuevo. Para mí, era el típico sofá y manta. En definitiva, reencontrarme conmigo mismo y olvidarme del mundanal ruido y de la ansiedad que suele rodear a los habitantes de este mundo entre semana.
Porque de hecho, y aunque es verdad que me encanta irme de finde, salir al cine o cenar por ahí, por el ritmo de vida que llevo cada vez me apetece más disfrutar de la casa para recuperarme un poco de la semana laboral. Evidentemente, todo en su punto medio, practicar el nesting tampoco tendría que suponer ser un ermitaño 2.0, combinando los fines de semana caseros con las actividades sociales o el ocio en el exterior.
¿Por qué practicar el nesting?
Los defensores de esta nueva tendencia que rompe entre los modernos afirman que el ritmo de vida, el estrés laboral, la conectividad, el tener que estar siempre activos y haciendo planes nos llevan al agotamiento y a olvidarnos de lo importante que es olvidarse de todo, desconectar y mimarse un poco, llegando incluso a sentir aburrimiento. Porque, realmente, ¿hace cuanto que no te aburres? En cuanto no tenemos nada que hacer, pillamos el móvil, la tablet... y nos volvemos a conectar a esta vorágine diaria que se come las horas sin que nos dememos cuenta.
Por eso, los defensores del movimiento nesting defienden que frente a la conectividad y el no tener tiempo de nada, es el momento de refugiarse en casa frente a la agresividad del mundo que nos rodea, y redescubrir la felicidad disfrutando de esos de esos pequeños momentos que nos puede deparar el hogar. Algo que conecta perfectamente con el término hygge, ese término del que tanto se habla y que define la supuesta felicidad que tienen los daneses,, disfrutando de esos pequeños placeres pequeñoburgueses como tomar un café con un bizcocho en un sitio bonito mientras observas un pequeño jarrón con flores (un placer del que me declaro fan fan).
¿Y qué tiene que ver la decoración con la práctica del nesting?
Mucho. Si vamos a pasar muchos fines de semana en casa, es evidente que intentaremos que sea lo más confortable posible para convertir nuestro hogar en un lugar reconfortante y reparador del que no nos apetezca salir. Y de ahí las críticas a este movimiento que acusa a la industria del mueble y la decoración de estar detrás.
Por suerte, cada vez somos más gente la que buscamos, además de funcionalidad, que la casa sea bonita. Y las redes sociales, mostrando rincones súper cuidados de casas, está haciendo mucho en este sentido. Y si no, ¿cuántas fotos de tulipanes habéis visto esta primavera en Instagram? Podríamos contar hasta aburrirnos.
Redecorar la casa, tener flores frescas en casa, unos colores en la pared que nos relajen, potenciar la luminosidad o tener objetos únicos o que nos gusten contribuyen sin duda a crear esa atmósfera reparadora que deberían buscar los seguidores del nesting. Los muebles sostenibles, o fabricados sin sustancias nocivas también forman parte de ese universo nesting del que tanto se está hablando en las últimas semanas.
¿Y tú, qué opinas del nesting? ¿Lo consideras una tendencia que nos ayuda a olvidarnos de las preocupaciones diarias, o realmente es algo que se ha hecho siempre y que ahora se le ha dado el toque cool y moderno al bautizarlo de esta manera y potenciar la compra de muebles y artículos para el hogar?
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