Sí, Call me by your name es una de las películas del momento. La historia de amor de Elio y de Oliver ha conmovido a cuantos la hemos visto. Pero junto a la propia trama con su sensual puesta en escena, la película tiene otro punto fuerte que contribuye sin duda a crear esa atmósfera especial que hace que esta película tenga magia.
Sí, seguro que lo has adivinado: el hecho de que la historia se desarrolle en una encantadora villa italiana, y que la película esté llena de referencias culturales, bonitos paisajes, arte, literatura, y por supuesto, una encantadora villa italiana, tienen mucho que ver en el éxito de esta película.
La casa es realmente inspiradora. Y de hecho, no nos extraña nada que el director se enamorara de ella y que tuviera como objetivo rodar algo en ese maravilloso espacio en el que parece que se ha detenido el tiempo y que sería el sueño de cualquier amante de la belleza y de la vida contemplativa.
La película sitúa esta historia de amor adolescente en un lugar indeterminado del norte de Italia. Pero en realidad, la villa en la que se grabó la película es Villa Albergoni, una preciosa villa que es una vieja fortaleza reconvertida en villa familiar situada Lombardía. Un espacio único lleno de grandes estancias, techos altos y todo el encanto que necesitaba para ambientar la historia.
Esta villa es sin duda el hogar perfecto para la familia Perlman, una familia cosmopolita y de origen judío, políglota, amante del arte, de la música entre otros pequeños placeres. Una familia que disfruta de los veranos eternos de antes, de los veranos que discurrían sin problemas y sin las prisas y el estrés que nos marcan nuestra excesiva conectividad.
Para ambientar la casa y darle ese aire decadente que necesitaba para alojar a esta familia tan especial, el director y el equipo de Call me by your name adquirieron muebles y objetos en anticuarios y en mercadillos italianos para conseguir ese ambiente cálido y mágico que vemos en la película, con una casa en la que el arte y la cultura están más que presentes...
Así la villa está repleta de libros, esculturas, un piano de principios del siglo XX o distintos objetos de arte, entre los que se incluyen por ejemplo pinturas japonesas y viejos globos terráqueos, junto a lámparas de araña, o elementos más modernos que nos trasladan directamente hasta los años 80, incluyendo posters, o televisiones de aquella época.
En la casa, que estaba abandonada hasta que se comenzó a transformar para el rodaje, también hay telas, estampados o preciosas alfombras que terminan de darle ese aspecto de casa de verano a la que todos querríamos ir. Y como curiosidad, de la casa original, queda el sofá rosa descolorido en el que se desarrollan interesantes conversaciones.
Todo ello, sin olvidarnos del ambiente rústico italiano de la cocina, o los encantadores jardines en los que esta familia pasan los días y organizan sus cenas de verano.
Una ambientación perfecta para una película perfecta que nos ha conmovido sin remedio...
Más información | The Spaces
Imágenes de la Villa | Giulio Ghirardi