Cómo ahuyentar a los mosquitos en casa usando papel higiénico y pasta de dientes

Común en todos los cuartos de baño, el papel higiénico tiene muchos más usos de los que realmente creemos. Por lo general, solemos esperar a que se acabe para reutilizar su cartón para recrear un montón de soluciones DIY que hemos visto por las redes sociales. Pero lo cierto es que esta vez no tenemos que aguardar a quedarnos sin él, sino utilizarlo para solventar un problema común cada vez que llega el verano: los mosquitos.

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Nunca se me hubiera ocurrido utilizar los rollos de papel higiénico de esta manera. Y no puedo estar más feliz por reutilizarlos así

Y no, no necesitas insecticidas ni recurrir a soluciones poco estéticas visualmente. Hoy te traemos un truco casero, económico, ecológico y sorprendentemente eficaz, que encaja a la perfección en cualquier espacio: el papel higiénico aromatizado artesanalmente con pasta de dientes.

Cómo utilizar el papel higiénico para ahuyentar a los mosquitos

Vía @recetasdelbosque

Solo necesitas un rollo de papel higiénico (el más sencillo, sin aromas añadidos), un bote de pasta de dientes con olor a menta y un recipiente de cristal. Puedes utilizar la típica pasta de dientes de Colgate que ves en el vídeo, por ejemplo, o cualquier otra marca a la venta en el mercado.

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Primero, corta un trozo alargado de papel higiénico y, con tus manos, ves enrollando el trozo hasta crear una especie de espiral. Después, hecha pasta de dientes con los dedos como si estuvieras aplicando crema hidratante por todo el rollito de papel higiénico. De este modo, el aroma empieza a subir despacito, casi como un susurro.

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El siguiente paso es dejar el rollo de papel dentro de un bote de cristal (vale el de un ambientador Mikado, por ejemplo) con uno de los extremos por fuera. A continuación, enciende esa parte con una cerilla o mechero. Cabe destacar que la llama debe ser muy pequeña para que no provoque mucho humo. Gracias a este movimiento, los insectos no se acercarán al punto de la casa donde se haya preparado esa mezcla.

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El olor a menta de la pasta, al entrar en contacto con el fuego,  junto con la combustión del papel, crea una sensación muy desagradable para estos bichos. Por lo tanto, no hace falta recurrir a químicos ni a aerosoles para olvidarse de ellos.

Lo que empezó como una curiosidad se convirtió en una especie de ritual. Porque en realidad, este truco es algo más: es una manera de cuidar tu casa sin químicos agresivos, de perfumar sin saturar, de crear atmósferas acogedoras sin esfuerzo. Es lo simple, lo casero, lo natural. Es ese detalle que parece menor, pero que cambia la energía de todo un ambiente.

Fotografías | Unsplash | Vía @recetasdelbosque

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