Hace años, cuando estudiaba anticuariado, nos contaron una anécdota sobre las mesas de comedor que me llamó mucho la atención. Al parecer en casa de los más pobres ingleses que vivian en las casuchas cercanas a los muelles habían unas mesas de comedor de maderas excepcionales: caoba, teca... La explicación era que formaban parte de los cajones donde traían las especias de las colonias y luego, tras descargar el té, dejaban los cajones tirados en cualquier parte y eran recuperados y convertidos en mesa para pobres.
Con el tiempo, los anticuarios se dieron cuenta que, aunque eran muy estrechas, ya que eran los laterales de los cajones estrechos y largos, uniendo varias conseguían unas fabulosas mesas de caoba que vendían por precios exorbitantes. En este caso, la empresa canadiense Maderas Recicladas, construye con madera procedentes de hangares de aviación de la II Guerra Mundial y de Granjas de Canadá o suelos de vagones de tren.
Desde la madera para construcción de casas o casas de jardín hasta la madera recuperada y tratada para realizar muebles, forrar paredes o suelos con una belleza única. Madera maciza, con la pátina del tiempo auténtica. Colores antiguos que permanecen, grises, marrones, rojos...
En especial me ha gustado la colección de muebles, que parecen perfectos para una casa en la montaña o en la playa. Muebles con personalidad, maderas sostenibles que dan un toque rústico por sus acabados sin tratar.
¿No os parece que Maderas Recicladas es una gran idea de los canadienses?
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