A todos nos gusta salir cultivar nuestros propios árboles frutales en casa. Pocas cosas hay más placenteras que ver crecer esos frutales lentamente, contemplar cómo florecen y cómo se forman sus frutos. Por no hablar de la ilusión que supone poder recoger esos limones o esas manzanas cuando están listas para ser recolectadas.
A la hora de plantar un árbol frutal hay que tener en cuenta factores como el clima que hace en nuestra zona, la ubicación dónde queremos plantarlos, el tiempo del que disponemos para cuidarlos y ayudarles a crecer...
Los árboles frutales que no hay que cultivar en casa
Y por supuesto, además de conocer los condicionantes de cada especie, a la hora de cultivar los frutales también hay que saber qué especies es mejor no tener en el huerto o en el jardín de nuestra casa. ¡Apunta cuáles son!
Árbol manzanilla de la arena y Manzanilla de playa
El árbol de la muerte, manzanilla de la muerta o manzanilla de playa (hippomane mancinella), es un árbol de la familia de las euforbiáceas. Y como muchas otras euforbiáceas, este árbol es muy tóxico. Su fruta, similar a la manzana, y de agradable aroma, puede resultar mortal para los seres humanos. Pese a su sabor picante, luego se produce una sensación de ardor y desgarro, provocando opresión en la garganta.
Su savia lechosa contiene el potente irritante de forbol, y el contacto con sus hojas puede dejar la piel escaldada. Incluso quemar su madera es peligroso, ya que el humo que produce puede cegar temporalmente y causar importantes problemas respiratorios.
La higuera
Nos encantan los higos, no hay que negarlo. Pero cultivarlos en casa, es otro cantar. Sobre todo, si no tenemos demasiado espacio en el jardín o en el huerto. Para empezar, es un árbol bastante sucio, ya que cuando caen las hojas y los frutos que no se recogieron, manchan el suelo.
Además, la higuera crece en exceso, con ramas que se desarrollan de forma desordenada y en todas las direcciones, lo que podría provocar problemas en nuestra casa o comerse el espacio de otros árboles frutales. Así, hay que plantarla al menos a 10 metros de cualquier construcción. Además, sus raíces también son invasivas, por lo que podrían levantar el pavimento o afectar a tuberías. Y además, sus hojas provocan picor al contacto.
La granada
Las granadas son frutas de temporada que son fáciles de cuidar. Pero tienen un condicionante: necesitan mucho espacio para que pueda crecer y ofrecer una cosecha abundante. Además, hay un problema que puede suponer una complicación de cara al futuro.
Sus raíces se van a extender por tu huerto o jardín para captar la mayor posible de nutrientes. Y eso puede llevar a afectar a tuberías o a las estructuras construidas. Además, este árbol crece mucho y en todas las direcciones, por lo que tendrás que realizar podas de forma continuada para controlar su crecimiento.
Árbol de mamey
El mamey, mamey amarillo, mamey de Cartagena de Indias, mamey de Guacayarima o mamey de Santo Domingo, ofrece un fruto delicioso que es considerado oro en México. Pero tiene el mismo problema que la higuera: sus raíces son expansivas y puede provocar problemas en tuberías, cimientos y suelos, aunque estos sean de hormigón.
De hecho, sus raíces se pueden extender varios metros a lo largo y a lo ancho. Y su copa también crece de forma descomunal.
Fotografías | Freepik, Magda Ehlers para Pexels, ROMAN ODINTSOV para Pexels
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