Cuándo podar higueras: los momentos adecuados para tener árboles sanos y cosechas abundantes

Las higueras son un árbol frutal muy común en nuestro país. Su imagen se asocia al verano, a días largos, a vacaciones, a jardines de aires mediterráneos... Y sus frutos son muy apreciados para comer solos, acompañados con queso, o para elaborar mermeladas, entre otras muchas recetas.

Para conseguir que las higueras crezcan saludables y ofrezcan una cosecha de higos abundante hay que podarlas anualmente. En este punto, es importante saber cuál es el momento adecuado del año para no hacer daño al árbol y potenciar su crecimiento.

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Cuando hay que podar las higueras

La poda de la higuera hay que realizar durante el periodo de inactividad, una vez que las hojas de estos árboles de hoja caduca han caído. En este sentido, a lo largo del año hay dos momentos clave para poder higueras: al final del verano, y al final del invierno o principio de la primavera, antes de que comience a crecer de nuevo.

En este momento, el árbol soporta mejor la poda ya que sigue en estado de letargo, y se evita que las heladas puedan provocar daños en los cortes. Además, realizar la poda justo antes de que la higuera comience a crecer nuevamente significa que el árbol podrá comenzar a curar los cortes rápidamente.

Cada una de estas podas tiene una finalidad distinta. Por un lado, con la poda que realizaremos al final del verano potenciaremos que dé nuevos frutos al año siguiente, mientras que con la poda al final del invierno podremos dar forma al árbol.

Durante el verano, también se puede realizar una ligera poda en julio para fomentar el crecimiento de nuevos brotes frutales y hacer que el sol llegue a los frutos en desarrollo. Esta poda hay que hacerla con mucho cuidado y con cortes ligeros ya que no puede ser una tala masiva. Si así fuera, el árbol perdería mucha sabia, lo que debilitaría al árbol, y lo dejaría vulnerable a posibles infecciones y plagas.