En un mundo imperfecto y tecnológicamente hiperconectado cada vez son más los diseñadores y decoradores que apuestan por una vuelta a lo tradicional o a la esencia de las objetos y los materiales.
El término Raw en decoración se traduce como la tendencia en "bruto" o "en crudo" y consiste en abrazar las cosas imperfectas y las texturas naturales sin pulidos ni adornos.
La apuesta por las marcas por materiales como maderas, linos, yutes, ratán, mimbres, algodones, cerámicas etc... son un síntoma de esta tendencia. Lo natural se debe vivir y se debe sentir. En las madera se aprecia la veta y no se nota su barniz, el menaje es irregular y no nos importan las arrugas de los linos, al contrario las aplaudimos. Es una tendencia que va de la mano con los movimientos o conceptos como el `Slow Life´ o el Hygge.
Allá por el 2015, la diseñadora Ilse Crawford en la presentación de su colección Sinnerling para Ikea en la que dominaban los materiales como el corcho y el mimbre ya hablaba de esta necesidad de usar materiales naturales para compensar un hogar en el que cada vez convivimos con más dispositivos tecnológicos.
Y eso que es probable, que parte del éxito de esta tendencia sea esta conectividad y la globalización que permite, a los pequeños artesanos poner en valor su trabajo y usar las tiendas online para su difusión y distribución. Así, conectamos lo rústico y artesanal con la vida estresante en las ciudades.
Sea por lo que fuere, las grandes marcas apuestan fuerte por esta corriente. Lo vemos esta primavera en la colección Room de El Corte Inglés, en Maisons du Monde, o en All about Linen de Zara Home o en lo próximo de Ikea.
A la vista de esto, ¿te apuntas al Raw?
Foto de Portada de Ikea
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