Una buena solución para caldear el ambiente son las chimeneas. Un calor barato, ecológico, muy agradable y hasta la fecha, el más decorativo que se conoce. No hay nada tan impresionante como un buen fuego en la chimenea.
Personalmente me gustan casi todas las chimeneas, porque es difícil ver chimeneas feas, todas tienen el encanto de un estilo, una época o un lugar. Hace pocos días veíamos las espectaculares chimeneas diseñadas por Henri Sauvage para Villa Majorelle, en pleno auge del Art Nouveau, que no tendrían cabida en ningún otro tipo de decoración.
Me gustan las magníficas chimeneas de mármol de los palacios, con sus volutas y sus columnas talladas, las sencillas chimeneas de piedra aprovechando las esquinas de los comedores y salones de las casas regionales del norte, e igualmente me encantan las chimeneas castellanas, grandes como habitaciones, con sus bancos en el interior, para concentrar todo el calor en aquellos escasos metros de piedra en las heladoras noches de la estepa castellana.
A día de hoy, quien no tiene una chimenea es porque no quiere. Una de mis amigas nos sorprendía hace poco con una "chimenea de colgar" de diseño contemporáneo que, cuando se aburre, cuelga en otra pared de la casa. Unos días en su dormitorio, otros en el salon y de vez en cuando en el comedor.
Las hay de mil estilos y formatos: chimeneas de diseño, rústicas, clásicas o contemporáneas. Chimeneas encastradas en el muro, en medio de la habitación o en una esquina. Chimeneas de hierro forjado, de aluminio, de piedra pulida, de mármol o de ladrillo para casas contemporáneas.
Un universo de estilos y materiales para que cada uno encuentre la chimenea que mejor le va a su decoración y a su estilo de vida. Lo importante es que nos den calor de hogar, que suban la temperatura.
Imágenes | Cheminees Philippe En Decoesfera | Elena Colombo...arderás en el fuego del diseño
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