Tsinandali Estate Georgia, la nueva incorporación a Radisson Collection, se encuentra en el corazón del distrito vinícola más popular del Georgia, 'Kakheti', enclave que permite a sus huéspedes vivir una auténtica experiencia local. La finca cuenta con una bodega histórica propia, así como un spa en el piso superior, una piscina exterior, salones de baile tanto interiores como al aire libre y un parquet histórico vecino de 18 hectáreas.
El rediseño del hotel lo firmam dos españoles: el arquitecto y diseñador Damian Figueras y la interiorista Cristina Gabás. Radisson Collection Hotel, Tsinandali Estate Georgia cuenta con 141 elegantes habitaciones y suites, así como una gama excepcional de instalaciones hoteleras. El proyecto ha sido desarrollado por Silk Road Group con el apoyo financiero de Partnership Fund.
Fiel a la filosofía de Radisson Collection, la finca Tsinandali Estate es una propiedad única y ofrece una gama de experiencias excepcionales a los huéspedes. El primer vino embotellado en Georgia se produjo en la misma finca en la que se encuentra el hotel, lo que acentúa la relevancia de la misma en la tradición vinícola del país.
Para los amantes del vino que buscan un viaje al patrimonio de la producción de vino georgiano, la propiedad cuenta en el lugar con viñedos, una vinatería única, un bar de degustación de vinos y la colección personal de la bodega del Príncipe Alexander Chavchavadze. El hotel se sitúa en medio de un parque histórico de 18 hectáreas, donde encontramos también el Museo del Palacio Tsinandali del Príncipe Alexander Chavchavadze, un monumento en memoria al fundador del romanticismo georgiano, hoy convertido en una de las principales atracciones culturales del lugar.
El Radisson Collection Hotel, Tsinandali Estate Georgia ofrece además una serie de experiencias gastronómicas excepcionales en sus tres restaurantes: el Prince Alexander, una opción para todo el día, con influencia internacional y terraza en el patio; el gastrobar French Le Bistro; y el Kakheti Restaurant, con una carta centrada en la cocina georgiana. Para aquellos que buscan una experiencia más íntima, el Blue Room ofrece opciones de cena privada, mientras que tres bares ofrecen a los huéspedes una serie de espacios de encuentro en los que degustar vinos locales y cócteles cuidadosamente elaborados. 
Además, la planta wellness ofrece a los huéspedes la posibilidad de disfrutar de deliciosos momentos de relax. La completan una sala de fitness, sauna, jacuzzi, un área de servicio completo de spa y una piscina “infinita” al aire libre con impresionantes vistas a las montañas del Cáucaso. El hotel es también un lugar ideal para celebrar reuniones y eventos, con instalaciones privadas que suman más de 2.350 metros cuadrados.
También hay que destacar que el prestigioso arquitecto John Fotiadis se ha ocupado de definir el nuevo diseño arquitectónico del espacio. El resto del hotel ha sido diseñado por la escultora georgiana Tamara Kvesitadze, y el diseñador industrial Ingo Maurer.
Finalmente, el arquitecto francés Xavier Fabre ha sido el responsable de proyectar tres salas de eventos que completan el majestuoso conjunto: un anfiteatro para 1200 personas, un salón hall para 400 invitados y un salón de baile. El estilo industrial del impresionante anfiteatro contrasta con la piedra y los arcos apuntados y de medio punto de los muros que lo rodean. ¿Qué os parece el conjunto?
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