Los lunes cuesta retomar la rutina del día a día y volver al trabajo, pero siempre cuesta un poquito menos si tenemos la oficina bien decorada y ambientada para que resulte un lugar agradable y acogedor que nos facilite las tareas y la interacción con los compañeros. Hoy os traemos uno de esos espacios para trabajar que nos pueden inspirar a todos para mejorar el neustro, Surman Weston ha convertido una iglesia victoriana en Islington, Londres, en un colorido espacio de coworking que también funciona como la oficina del estudio de arquitectura.
La antigua iglesia metodista se ha convertido en una oficina de planta abierta, utilizando pantallas y paneles de vidrio coloreado en una espectacular escalera suspendida en homenaje a la historia del edificio. También se han insertado paneles de vidrio con diseño de arlequín en verde, azul, naranja y rojo en los huecos entre las vigas del techo a dos aguas.
La idea era la de convertir una antigua iglesia metodista en un espacio temporal de trabajo conjunto que luego podrá a su vez volver a reformarse para convertirse en una vivienda. Se han insertado dos medios pisos en cada extremo de la habitación, dejando el espacio central abierto al techo alto, donde las amplias ventanas dejan pasar la luz del día a ambos lados.
La zona de planta abierta en el nivel inferior actualmente está llena de escritorios y estaciones de trabajo, con estanterías alineadas en la pared posterior, pero obviamente el mobiliario podría cambiarse por otro si se deciden para el espacio otros usos.
Se han colocado también una cocina y un baño debajo de uno de los niveles del entrepiso. Así, cuando los estudios se conviertan en hogar, este espacio puede convertirse en una sala de estar, con una mesa de comedor colocada en el espacio abierto central y una acogedora zona de asientos creada debajo del entrepiso opuesto. Actualmente, los pisos superiores funcionan como estudio y sala de reuniones con acceso a una terraza en la azotea, pero se pueden reutilizar como dormitorio principal y estudio, respectivamente.
Finalmente los armarios están hechos de tableros de fibras orientadas blanqueadas, el esmalte blanco fue elegido para las encimeras de la cocina y la cerámica blanca para los detalles de las puertas. Incluso los paneles acústicos del techo de madera han sido rociados de blanco. ¿Os gustaría algo así para trabajar o para vivir?
Vía | Dezeen
Más información | Surman Weston
Fotos | Wai Ming Ng
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