No cabe duda que cuando se cuentan con mentes creativas, un buen presupuesto y ganas de salir de los caminos habituales, se pueden lograr resultados verdaderamente espectaculares. Hoy tenemos un caso muy interesante con la última realización que salió de tierra en la ciudad belga de Amberes con la Port House, o lo que es lo mismo la casa del puerto.
Esta obra arquitectónica, que necesitó cerca de diez años de planeación y construcción, es le resultado de un proyecto de renovación de un antiguo edifico del puerto de la ciudad belga. Los diseñadores y arquitectos del despacho Zaha Hadid Architects tuvieron el encargo no solamente de renovar el anterior edificio del cuerpo de bomberos del puerto más grande de Europa, sino que tenían que darle nueva vida.
La idea de añadir una estructura exterior moderna fue simplemente genial ya que rompió por completo el estilo clásico del edificio original. Se trata de una construcción cuya forma recuerda el cuerpo de un barco que se encuentra colocado en la parte superior del edificio. La particularidad es que pareciera como suspendida con un simple pie que la mantiene en el aire.
Para darle ligereza y fluidez, tanto por fuera como por dentro, la nueva estructura fue construida principalmente de hierro y vidrio. Desde el exterior nos recuerda una nave a punto de zapar mientras que los usuarios, cerca de 500 empleados del puerto, pueden desplazarse por dentro con total libertad a lo largo de los diferentes pisos. Esta obra arquitectónica es uno de los trabajos pensados por la gran Zaha Hadid que tuvo que ser concluido de manera póstuma tras su desaparición hace ya casi un año.
En conclusión, el edificio del Port House de Amberes nos muestra lo interesante que puede llegar a ser esa combinación de lo antiguo con lo nuevo si se respetan algunos lineamientos básicos como la historia e identidad original de cada edificio.
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