Por una vez, me vais a permitir que rompa las reglas de los antes y después, y en vez de comenzar mostrando el antes, os enseñe primero una imagen de cómo ha quedado lo que que antes era una buhardilla oscura que se ha convertido en ático luminoso.
He tomado esa decisión porque, como podréis comprobar si seguís leyendo, lo que ahora es una preciosa buhardilla antes era una especie de altillo tenebroso y decrépito que con toda seguridad sería la guarida de alguna criatura siniestra. No sé ni como su dueño, el foto estilista Matthew Stenerson, se atrevió a subir a hacer las fotos de noche.
Viendo las imágenes del antes, parece imposible que un lugar así haya podido transformarse en lo que es ahora , pero es que el blanco y la luz, sin necesidad de ser celestial, obran auténticos milagros decorativos.
Obviamente, los cambios realizados van más allá de pintar un poco y abrir la ventana, sino que se ha arreglado el techo con paneles decorativos y se ha hecho un ajuste estructural para evitar todos esos listones verticales. Sorprendentemente, el suelo es el mismo, solo que recuperado y abrillantado.
Luego solo era cuestión de amueblar con un poco de gusto, poner el trípode, subir mucho el tiempo de exposición de la cámara y que parezca que por esos dos ventanucos (uno en cada extremo) entra tanta luz como para iluminar todo el espacio.
Vía | Design Sponge Imágenes | TJ Thoraldson En Decoesfera | Antes y después: dándole color a un insulso aparador