La iluminación indirecta siempre me ha parecido una buena manera de dotar de una dimensión diferente a una estancia, de hecho no me he podido sustraer a esta tendencia y en mi casa hay muchas pequeñas lámparas que suelo combinar de diferentes maneras, puntos de luz mínimos que aportan misterio e intimidad.
Algunas están escondidas en pequeños faros, máquinas de coser o disfrazadas de rocas, pero lo que nunca se me hubiera ocurrido es contar con un cojín luminoso en mi sofá. Pero ahora me lo tendré que pensar, pues ya está inventado; se llama Moonlight y emite una luz ligera que va cambiando de color. Funciona con una batería escondida en su interior, y se activa con una simple presión.
Se me ocurre una aplicación que puede ser muy interesante, como luz de noche para los niños a los que les cuesta dormir a oscuras. Si además de tener una luz, se pueden aferrar a ella, seguro que encontrarán en este cojín luminoso esa seguridad que a veces les falta. Además es seguro, sin riesgos de recalentamiento, pues la iluminación se realiza mediante LEDs de bajo consumo.
El mundo de los cojines esta comenzando a tomar vida, ya no solo son mullidos apoyos en los que acomodarse para el descanso, además de decorar acompañan, masajean, sedan e iluminan.
Vía | IS-Arquitectura En Decoesfera | Cojines en blanco y negro de Ferm Living
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